Ejército de Amazonas: #niunamenos13A (II)
O «En que parar la cosa caballero».
Cambiando el ritmo de la trova de Silvio de la anterior misiva, al tropical de los Billos «En que parara la cosa caballero… mi mujer se ha vuelto loca ya no quiere cocinar…» de la actual, retomo el tema de la marcha del 13 de Agosto «Ni Una Menos» en Lima, en dónde mujeres y hombres de todas las edades, razas, condición económica, social y cultural se hicieron cargo de un problema histórico del Perú: el de la violencia de género.
Han pasado días, y el miedo de que todo aquello se quede en algo anecdótico sigue latente.
El temor más grande es a que la orientación del barco se confunda. Que se olvide que esto no es una guerra de género, que la brújula apunta a la búsqueda de una sociedad más «justa» y por tanto más feliz, y que en definitiva lo que se pretende es hacer de este, un punto cardinal en el que se are y siembre la tierra para nuevas generaciones y la suavice para las actuales.
Sigo sin saber, en dónde estuvo ese punto de inflexión que hizo que después de tanto tiempo de lo mismo surgiese ese estallido. El estallido era lo más difícil, la valentía de salir y mostrar la cara y gritar alto y claro «De esto ya no más». Pero siempre hay un «más difícil todavía» y ese es por él que se espera.
Sigo sin saber cómo tanta mujer fue capaz de salir con su grito, y tanto hombre de marchar a su lado, pero lo que si se es la labor trascendente que tuvo el hecho artístico en todo esto.
Colectivos artísticos fueron capaces de unirse en una sola voz y objetivo, dejando a un lado los egos y formando el #bloquecultura, que organizó intervenciones en lugares emblemáticos consiguiendo la atención e identificación de las mujeres y hombres con la causa. También y por supuesto la molestia de algunas autoridades, como en la intervención de un grupo de performers que invadió las escaleras del poder judicial desplegando la pancarta que versaba «Poder judicial feminicida» mientras un abanico de personajes femeninos (campesinas de la sierra, prostitutas, colegialas etc.) eran tirada del pelo y golpeadas por los hombres que acompañaban la performance, con el objetivo de evidenciar la indiferencia con la que son tratados tantos casos de mujeres muertas a manos de hombres.
Hubo muchas más acciones previas a la marcha, como la intervención en barrios de la periferia y comerciales (el agustino – la parada – gamarra) con el objetivo de sensibilizar a la población sobre el machismo, y la violencia contra la mujer e informar sobre la marcha, o la performance realizada a las puertas de medios de comunicación (el comercio y caretas) criticando la falta de voces femeninas en los medios escritos, el tratamiento de la noticia, y una serie de acciones que no cabe duda que sensibilizaron a transeúntes y a una gran masa para que el 13A se tornase apoteósico.
Ahora estos grupos, bajo mi punto de vista, tienen una gran responsabilidad, no solo en la continuidad sino en el mensaje que se da a la sociedad. Creo que hay que tener cuidado de no convertir esto en una moda y un boom de feministas. Sino un acto consciente y de consciencia.
Que no hay que autodefinirse feminista para defender y exigir el respeto que como mujer se es merecedor. Como mujer madre, mujer niña, mujer trabajadora, mujer libre, mujer ama de casa o mujer profesional, mujer lesbiana, mujer gorda o mujer flaca, mujer y punto.
Que es deber también, más que atacar, orientar a esos «despistadillos» que no entienden porque el eje ha estado en la violencia a la mujer y no a la violencia en general. A estos despistadillos, humilde servidora les invita a pensar en 10 mujeres de su familia, y una vez las tengan en su mente, piensen que 7 de esas 10 seguramente han sido violadas, cuestión que no es proporcional a los hombres de su familia, esto por poner un solo ejemplo.
También me sirvo adelantarles un concepto, el de «generalización». Cuando se quiere resolver algo en general, no suele resolverse nada en concreto, por tanto es importante segmentar y ubicar en dónde están los focos de violencia para ir a ellos. Por supuesto que habrá que trabajar en pro de otros, por supuesto! Por el momento una voz valiente empezó por este y habrá que respetarlo y apoyarlo. Digo yo.
Pero también hay mujeres despistadas… haberlas las hay… las que salen pidiendo respeto y a la primera de cambio destroza a la vecina por llevar una falda corta o porque si tiene un buen cargo a ver que le habrá hecho al jefe… Cuidado mujeres! No hay que pisar el palito… que a estas marchas no se sale por simple diversión y adrenalina, que para eso está la montaña rusa y sin riesgo de usar consignas y lemas que podrían desvirtuar el esfuerzo y valentía de muchas mujeres que bien pueden ser sus madres.
Por último creo que el llamado potente de estos grupos y cualquier simpatizante de este momento que puede marcar un antes y un después en el Perú, ha de tener en cuenta que lo que se busca es una sociedad mejor para todos, que es comprensible la rabia y el dolor de tantos años de silencio, pero que un esfuerzo hará que esto no se convierta en una venganza que somete y cataloga al género masculino como el malo de la película, pues eso no sería sino más de lo mismo, además de no ser cierto-
Que se trata de educar. Y que ahí la herramienta artística tiene mucho campo.