Velaí! Voici!

El antes y el después en acción. Experiencias EDC10

Entrar en una instalación como quien hace una performance, en una acción paralela a la que apunta la propia instalación de António Gonçalves, en esas imágenes de las imágenes de performances históricas que actúan sobre el cuerpo de António a finales de los 90 para convertirlo en imagen. Allí entramos y actuamos, experimentando cómo el cuerpo se convierte en imagen. El artista portugués António Gonçalves realizó a modo de ejercicio-perfomance, cuando aún era estudiante de Bellas Artes, la proyección de imágenes de performances de Marina Abramovic, Chris Burden, Orlan y Hermann Nitsch, sobre su cuerpo, fotografiando esa superposición de citas. En la décima edición del festival Escenas do Cambio (EDC10) de la Cidade da Cultura, por invitación de su directora artística, Kirenia Martínez Acosta, António Gonçalves recupera esa experiencia iniciática, transformándola en una instalación, titulada ‘Cuerpo que se hace imagen’, con la que abrió EDC10. Entramos en ella, las personas del Comando Dramatúrgico, y, en complicidad con el trabajo del artista portugués, disfrutamos jugando a fotografiar, también nosotros, la proyección de las imágenes de Gonçalves en las que, a su vez, se proyectan imágenes de los artistas antes mencionados. He aquí el bucle infinito de citas y mutaciones que componen las identidades, como en un poliedro con innumerables caras. Ése es, quizás, el núcleo de la identidad, del ser, porque, al fin y al cabo, ¿qué es el ser sino una imagen que contiene otras imágenes, en una performance que ocupa nuestras vidas?

Así, la gente del Comando Dramatúrgico del festival, sin hacer ruido, actúa y ese acto puede servir de ejemplo, de incitación o de invitación, para quien quiera. El mejor ejemplo es siempre el de quien hace, el de los actos. La mejor incitación no es la de quien manda o nos odena hacer algo, sino la de quien invita o sugiere.

De la misma manera, a la salida de la caja blanca de la instalación, a pocos metros, una rueda de sillas y algunas personas del Comando Dramatúrgico, que tenemos en nuestras manos ‘Língua Bífida. Ensaio sobre Ecce Corpus, uma performance de António Gonçalves’, el diálogo teórico-filosófico sobre arte, imagen, cuerpo y performance de Pedro Eiras, a partir de la obra de Gonçalves. Para quienes quieran acercarse, compartimos la lectura de algunos fragmentos del libro que complementan y amplían la experiencia de la instalación. Y allí, en círculo, también compartimos momentos para hablar con otras personas con las que coincidimos gracias al festival, para conocernos un poco, en una comunión sencilla y alegre, exenta de pompa, posible gracias a la afición y afectación de las artes.

El bucle que se realiza (actúa) en el cuerpo que se convierte en imagen también es paralelo a la meditación musical que experimenté, y no debí ser el único a juzgar por toda la gente que paseó con el Gallaecia Ensemble Barroco, mientras quedamos hipnotizados en ‘Calidoscopio’, interpretando ‘In C’ (1965), la partitura minimalista de Terry Riley. Esto sucedió, además, porque se trataba de una actuación con instrumentos antiguos de forma y sonidos muy exóticos para nuestros ojos y oídos, como el serpentón, la corneta y la trompa naturales, el traverso, el oboe o la zanfona barrocos. Un cortejo de espectadores, con los infiltrados del Comando Dramatúrgico en medio, para experimentar el movimiento caleidoscópico del sonido en el movimiento corporal del caminar, de forma circular. Y en esa circulación sentir cómo, por momentos, entramos en otras dimensiones mágicas y observar cómo, juntos y en movimiento, las sensaciones y experiencias se potencian.

Elsa, integrante del Comando Dramatúrgico, luego de acompañar a Andrés Corchero y Oguri en algunos ensayos, en ‘My Neighbor Sky’, familiarizada con la práctica y filosofía del Body Weather (una evolución de la danza Butho, iniciada por Min Tanaka en Japón, que amplifica la escucha y la conexión con todo lo que nos rodea, y del cual Corchero y Oguri son maestros), ofrece una práctica de Body Weather a todo aquel que quiera acercarse. Y allí veo a un grupo de personas muy concentradas, disfrutando de esa experiencia que, sin duda, despertó mayor sensibilidad para asistir a la prodigiosa pieza de Corchero y Oguri, ‘My Neighbor Sky’, que se pudo ver en EDC10 y en la que la lluvia y el viento de ese fin de semana, del 3 al 5 de mayo, parecieron actores fundamentales de la propuesta, dándole aún más impulso y belleza. También, de manera sutil, seguramente colaboró en la recepción de ‘Millo vello’ de Ay, Cariño, Cris Vilariño y Diego M. Buceta, donde la conexión con la tierra, con la naturaleza y con sus tiempos, constituyen el núcleo, después de haber trabajado con la mirada externa de Corchero.

Juan, del Comando, en colaboración con Raquel Ponce, acompaña ‘Sed’. Una propuesta en la que papeles, cartones y acciones caligráficas se convierten en un espectáculo que nos hace recuperar la sonrisa de cuando éramos niños. Al mismo tiempo, nos sorprende y nos hace pensar, desde un trabajo artesanal con materiales pobres, que nos acerca, y que, gracias al arte de Raquel, se eleva, estimulando nuestra imaginación y haciéndonos ver escenas increíbles. Además, la propuesta de Raquel también implica moverse por el espacio, siguiendo sus acciones en diferentes escenarios dentro del lugar donde interviene. Todo fluye, gracias, en parte, a esos infiltrados del Comando Dramatúrgico que facilitan con la máxima sutileza las dinámicas propuestas por los artistas. Sin pedir nada, sin mandar nada, sin dar la nota.

Al día siguiente, Juan invita a quien quiera visitar nuevamente el espacio ‘Sed’ de Raquel Ponce y a actuar con cartones, papel, rotuladores y cinta adhesiva, generando, en paralelo, un diálogo con su pieza, a partir de palabras que comienzan con «DES». Y ahí me acerco y veo a otro grupo de personas concentradas, disfrutando de hacer arte en el contexto artístico generado por Raquel y facilitado por Juan.

Recuerdo también la ronda que hicimos con un grupo de espectadores, en el jardín literario, frente al portón que da acceso al túnel de la Galería de Servicios, cuando Joana, del Comando Dramatúrgico, nos ofreció una sesión de ejercicios yóguicos de respiración y energización, que colaboraron en una apertura más sensible, antes de adentrarse en la impresionante ‘Blondi’ de David Loira. Previamente, Joana había hablado con David y habían acordado ofrecer, a quien quisiera, en el impasse de espera antes de entrar, alguna práctica relacionada con el yoga, porque en la propia pieza hay una apelación, a veces irónica, a una postura de yoga, así como las instrucciones, en bucle, para su correcta ejecución. Todo ello, en la pieza de Loira, vinculado a la denuncia de la violencia contra los diferentes, contra los homosexuales, especialmente en regímenes dictatoriales, que vigilan la vida íntima y sexual de las personas, como fue el macabro ejemplo del nazismo.

Sin duda, esas respiraciones y automasajes faciales, así como los enérgicos movimientos vocales y de brazos, guiados por Joana, antes de entrar a ver a ‘Blondi’, fueron un alivio importante ante la impresionante experiencia que nos regalaría Loira. Un ponernos a disposición de la potencia artística que iba a estallar en ‘Blondi’ y, además, otra vez, un sentirnos juntos y participar, de manera sutil, sin que nadie nos mande ni nos diga qué teníamos que hacer o qué debemos pensar. Porque en los teatros y las artes escénicas no son el lugar para que nadie nos dé lecciones, ni nos diga qué hacer o qué pensar. Todo lo contrario, debe ser un espacio para despertar, para adquirir una mirada crítica y emancipada, a través de la emoción y la comunidad en el arte.

Es curioso cómo, junto a los momentos más plásticos e impactantes de un espectáculo, también quedan grabados en nuestra memoria esos pequeños gestos, miradas y encuentros que no pertenecen al espectáculo. Los que ocurren antes y después, en esos momentos de paso, que son claves en la experiencia artística: cómo entramos y cómo salimos, quién nos rodea, cómo es el lugar y qué pasa o puede pasar antes y después. Antes, en el lugar de la expectativa, en la tensión de la espera. Luego, en lugar del eco, en el paso a la digestión de lo que acabamos de ver. Ahí fue donde el Comando Dramatúrgico intentó crear espacios especiales, para quien quisiera, para quien estuviera disponible o lo necesitara.
Además de ofrecer artículos, imágenes, videoclips, entrevistas a artistas, publicaciones diversas y comunicaciones a través de las redes sociales, especialmente con la sabiduría y sensibilidad digital de Pedro y Diana. Un ejercicio que amplía y amplifica lo ocurrido allí.

De la misma manera, recuerdo a Iván, también del Comando Dramatúrgico, rodeado de gente, antes de entrar a ver ‘Dual’ de Álvaro Murillo y Artomático y en el intervalo antes de ‘Let Sleeping Dogs Lie’ de Laura Aris, proponiéndoles una reflexión que llamó “Mover el dolor”. Recuerdo, nuevamente, un grupo de personas concentradas, atentas, mientras Iván reflexionaba sobre el dolor y sugería que cada uno pensara en algo relacionado, una parte del cuerpo que doliese, por ejemplo. Sólo sé que me hizo vivir más intensa y plenamente el hechizo, a través de la danza y el sonido, con el que Murillo y Artomático parecen liberar esos puntos de dolor en el cuerpo. No en vano, Álvaro acaba de presentar una tesis doctoral sobre los beneficios de la danza creativa en mujeres que padecen fibromialgia. Es curioso cómo su zapateado de raíz flamenca, cruzado con movimientos sostenidos como el “quejío”, la expresión más profunda del “cante jondo” y, de pronto, agitados, al mismo tiempo que suenan, tal como suenan los cascabeles y crótalos, los tubos de metal y otros aparatos sonoros de Artomático, nos hacen soltar nudos. Igualmente, también resultó curiosa la forma en la que las cicatrices y el tiempo se transmutan en una impresionante y bella propuesta artística en la pieza de Laura Aris. Esas palabras de Iván antes y entre estas dos piezas fueron la guinda del pastel, así, sin estridencias ni protagonismos. Una hermosa complicidad con los artistas, extendiéndola a los espectadores que así lo deseaban, que se dieron ese pequeño tiempo para escuchar, para detenerse un poco y pensar.

Recuerdo también la conversación de todo el Comando Dramatúrgico con las personas que querían estar allí, estableciendo conexiones y propiciando una experiencia de reflexión que, al mismo tiempo, ayudó a darle una dimensión más profunda y cálida a la experiencia de EDC10, como una sola pieza, hecha de múltiples piezas relacionadas en varios niveles. Descubrir juntos esas relaciones cambia la experiencia de EDC10 y, en consecuencia, nos cambia a nosotros también.

En esa conversación, Iván también propuso otro juego relacionado con el título del festival en sí, entregándonos unos papeles y un lápiz para que cada uno pensáramos y escribiéramos un deseo de cambio. Al finalizar la conversación, nos invitó a dejar esas tarjetas con los deseos en la pared del Museo Gaiás. Deseos de cambio con los que hacemos un collage que nos da ánimos y nos hace sentir que el mundo puede ser mejor.

Durante los tres días que duró EDC10, además de todo lo que aprendimos y disfrutamos con las dos conversaciones post-espectáculo, con Gallaecia Ensemble Barroco, después de ‘Calidoscopio’, y con La Intrusa, después de su exuberante ‘Prusik’, compartido con creadoras y bailarinas gallegas, pudimos también acercarnos para hablar con espectadoras/es, antes y después de los espectáculos, cuando sentimos que ese acercamiento no era intrusivo ni invasivo, sino acogido con alegría. De esta forma, guardamos medio centenar de grabaciones de voz en las que muchas personas querían compartir sus expectativas e impresiones. Un material muy valioso para hacer un relato de aquellos días hecho de muchas historias. Un dar voz y un facilitar el hecho de mirarnos a los ojos y hablar de las artes a partir de las expectativas y experiencias de EDC10, que, por supuesto, fueron mucho más de lo que puedo describir aquí.

En definitiva, si es posible sintetizar todo esto: una recuperación en la práctica, en el espacio y en el tiempo, del espíritu de encuentro y de comunidad, sin el cual las artes vivas están medio muertas o convertidas en simples productos de la cadena fungible del consumo individual.

P.S. – Otros artículos relacionados:

“Reencontrar a Laura Aris en Escenas do Cambio”. Publicado el 13 de mayo de 2024.

“Comando dramatúrgico de Escenas do Cambio 10”. Publicado el 6 de mayo de 2024.

“Escenas do Cambio 2023. La fuerza y el afecto de lo frágil”. Publicado el 8 de mayo de 2023.

“Escenas do Cambio 22 y la performance en Galicia”. Publicado el 30 de mayo de 2022.

“Escenas do Cambio 21. Teatro Praga. Escenas en Danza. Sleepwalk Collective & Christopher Brett Bailey”. Publicado el 5 de junio de 2021.

“Escenas do Cambio 21. Útero Teatro. Matarile. Marc Caellas & Feune de Colombi”. Publicado el 30 de mayo de 2021.

“Israel Galván baila un libro. La verdad escénica del baile flamenco y sus prodigios”. Publicado el 9 de junio de 2018.

“Escenas do cambio 17 adelantando primaveras”. Publicado el 4 de marzo de 2017.

“Tradición y Escenas del cambio”. Publicado el 27 de febrero de 2016.

“Memoria y cambio en escena”. Publicado el 10 de marzo de 2015.

“El cambio a escena”. Publicado el 27 de febrero de 2015.


Mostrar más

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba