La presencia en el ciclo Música en Noviembre del Ballet de Moscú poniendo en escena una Giselle interpretada por una de las grandes figuras de la danza europea como es Alicia Amatriain tiene todas las condiciones para ser un evento único de especial interés, que llega al Bergidum el jueves 12 de noviembre patrocinado por la Fundación Pedro Álvarez Osorio-Conde de Lemos.
Fundado en 1989 por el reconocido coreógrafo y bailarín ruso Timur Fayziev, el Ballet de Moscú ha conseguido en este tiempo una creciente internacionalidad y prestigio, como lo prueba el hecho de que en 1991 esta compañía fuera la única de toda Rusia invitada e involucrada en la última gira del legendario bailarín y coreógrafo Rudolf Nureyev. En su gira española llegan al Bergidum con Giselle, ballet en dos actos emblemático del romanticismo cuyo papel protagonista es uno de los roles cumbres del ballet clásico.
En el reparto se cuenta con dos extraordinarios solistas: la donostierra Alicia Amatriain, actual bailarina principal del Stuttgart Ballet y una de las grandes figuras de la danza europea, e Ivan Gil-Ortega, que ha interpretado papeles protagonísticos, entre otros, en el Stuttgart Ballet, la Ópera de Berlín o el Het National Ballet de Amsterdam.
Alicia Amatriain, nacida en San Sebastián, es conocida por los entendidos en la materia como “La Diosa germana”. Tras su paso por el conservatorio Donostiarra, continuó sus estudios en la escuela John Graco, en Stuttgart, graduándose en 1998 y entrando a formar parte inmediatamente del Stuttgart Ballet (una compañía formada por bailarines de 27 países) donde, en 2002, se convierte en bailarina principal. Hace tres años obtuvo el Premio Futuro 2006 en Essen (Alemania) y el pasado mes de mayo debutó con esta compañía en el Teatro Real de Madrid, encarnando el papel protagonista de Romeo y Julieta en la célebre versión que Cranko hiciera en 1962 para la gran Marcia Haydée sobre la música de Sergei Prokófiev.
Por su interpretación en el papel de Giselle la crítica ha resaltado su “hermosa figura, extraordinarias extensiones, exquisito gusto. Y una cautivante delicadeza al bailar”.
