En cartel

El Ballet de São Paulo inaugura temporada del Gran Teatre del Liceu

Hasta el próximo 6 de setiembre se podrá presenciar en el Gran Teatre del Liceu, al Ballet de São Paulo con tres piezas: Dualidade@br, Perpetuum y Canela fina, con la que se inaugura la temporada 2008/09 del gran coliseo barcelonés. Es la primera vez que el ballet brasileño, creado en 1968, visita el Liceu. Su directora artística, M“nica Mion, dijo ayer en la presentación del espectáculo que esta «es una ocasión importante» para demostrar al mundo su trayectoria, por lo que durante unos días exhibirán en la capital catalana tres piezas: Dualidade@br, de Gagik Ismailian; Perpetuum, del israelí Ohad Naharin, y Canela fina, de Cayetano Soto.
Dualidade@br se creó en el 2001, a los 500 años del descubrimiento de Brasil. El coreógrafo, Gagik Ismailian, nació en Irán, pero el tiempo que lleva viviendo en tierra carioca le ha aportado lo que necesita para expresar las emociones que provoca la saudade, la marcha de la tierra. Es una pieza nostálgica, aderezada con los fados de Amália Rodrigues.
Perpetuum es, en cambio, una mofa sarcástica y divertida, un clásico importantísimo de la danza contemporánea. Para Guerássim Voronkov, director de la orquestra de la academia del Gran Teatre del Liceu, interpretar la base musical de esta pieza, de Johann Strauss, «es un reto», aunque, auguró, «la orquestra quedará a la altura del ballet, y el público del Liceu, inicialmente aficionado a la ópera, lo sabrá apreciar».
Canela Fina merece un aparte. Su coreógrafo, Cayetano Soto, es joven –33 años– y catalán –de Sabadell–, y fue bailarín en la compañía IT Dansa Jove Companyia de Barcelona y en el Ballet Theather München de Alemania. El catalán explicó que del grupo brasileño admira, además del factor profesional, el componente humano, al que quiso homenajear con una pieza que expresara ese «alma» de los bailarines de Brasil sin caer en lo «previsible», en los tópicos o en las ridiculizaciones.
Cayetano Soto vive en Múnich (Alemania), pero se siente muy catalán. «Mis padres son andaluces, pero que nadie me llame charnego», advirtió. Ha usado la palabra canela para titular su obra por lo castizo del término, pero también porque da nombre a un tono de piel y a un pueblo de Brasil, y por su componente olfativo. «La danza se puede ver y oír, pero no oler», dijo Soto.
Mónica Mion se mostró satisfecha con la colaboración del catalán, a cuyo trabajo deseó una larga vida. Va por buen camino: este año, Canela fina se representará en Bonn (Alemania) y Biarritz (Francia) y, en el 2009, en varias ciudades de Europa.
La prestigiosa compañía de Pina Bausch lo hará del 10 al 14 de este mismo mes.


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