‘El bar prodigioso’, comedia de personajes sobre el poder del lenguaje
La obra de Roberto Santiago abre la temporada del Teatro Quique San Francisco
El bar prodigioso‘, la nueva comedia teatral del multipremiado autor Roberto Santiago, acaba de abrir la nueva temporada del Teatro Quique San Francisco de Madrid. El espectáculo, de Octubre Producciones, que permanecerá en cartel hasta el 24 de septiembre, es una comedia de personajes que habla sobre el poder del lenguaje. La dirección del espectáculo, cuya banda sonora está compuesta por versiones rockeras de ‘Las cuatro estaciones‘ de Vivaldi, corre a cargo de Alejandro Arestegui. En escena, cuatro almas perdidas viven un viaje apasionado donde cada palabra que es pronunciada se convierte en un arma arrojadiza. Y, todo ello, en un tono de comedia poética que permitirá al espectador reírse de sí mismo y sentirse identificado.
Para el director Alejandro Arestegui, «en ‘El bar prodigioso’, el poder del lenguaje lo envuelve todo con tanta fuerza que produce un tsunami poético de tales dimensiones que no sabes si reír o echarte a recitar versos por la calle. Es una historia sobre las relaciones (de pareja, de amigos, de trabajo) y sobre cómo el paso del tiempo provoca un inevitable -y prodigioso- deterioro de las afinidades personales. Nuestro bar se convierte en testigo de excepción de cuatro personajes que van cuesta abajo y sin freno. Solo su capacidad de amar podrá amortiguar el estropicio emocional al que se ven abocados«.
‘El bar prodigioso’ es, ante todo, una comedia de personajes, a los que dan vida Manu Hernández, Ana Lucas, Antonio Romero y María Zabala. Sophie es una artista en permanente busca de la belleza, la armonía y la poesía en la vida. Está convencida de que la forma y el fondo son lo mismo. Desde hace un tiempo, se expresa a través de grupos de cuatro palabras aparentemente inconexas. Es casi como expresarse en verso. Asegura que le sale sin querer. Por su parte, Clara es una chica que por amor abandonó sus estudios y ahora sobrevive a base de trabajos precarios. Es transparente, arrolladora y directa. Mientras, Bernardo lo ha perdido todo. No tiene casa, no tiene dinero, no tiene trabajo, no tiene pareja, no tiene familia… Pero hay algo que Bernardo sí tiene: está enfermo de amor. Se enamora de todo y de todas las personas con las que se cruza. Es un verdadero peligro público. Sentado en la terraza del bar prodigioso, se encuentra frente a su querido y viejo amigo Antonio, que lo tiene todo. Esta asimetría entre ambos marca la historia vital del espectáculo.