El VII Rompiendo el Cascarón, ciclo de teatro para bebés, programa hasta el 10 de abril, en el Teatro Fernán Gómez de Madrid (Plaza Colón), la obra «Brum», un espectáculo pensado para niños de 2 a 5 años. Brum quiere decir «tengo sed» y es, según sus creadores, «una especie de palabra, un objeto, un color, una luz, en definitiva… es. Brum es esa cosa que existe antes de que exista la palabra en sí y de esa, posee ya toda la substancia. Para entender esta especie de palabra hay que interpretarla mirando más allá de lo acostumbrado. Existe el mundo de lo no expresado, que para el niño es el mundo de lo que no se ve, no se toca, no se mastica, de lo que todavía no se ha descubierto. Un mundo que empieza a dos pasos de los brazos de la madre y se desarrolla más allá de la oscuridad de la noche. Y que se alarga cuando, con el rabito del ojo, el niño mira atrás, sonríe y manda al corazón más allá del obstáculo. Es en estos terrenos que encuentra lugar el viaje del espectáculo, entre los colores de las emociones y del cielo que llora y ríe. Cosas concretas para ver, tocar, masticar, descubrir. Cosas que hacen ruido, que hacen daño, que viven, mueren. Cosas que cuentan una historia hecha de tantas historias más pequeñas, curiosas y emocionantes».
A nosotros adultos, todo esto nos parece un poco raro y nos preguntamos: pero, ¿qué es? Quizás, hay una clave de lectura, (no es la única) y nos la ofrece Antoine de Saint’Exupery cuando escribe: “Se ve bien sólo con el corazón, lo esencial para los ojos resulta invisible”.
La obra, escrita y dirigida por Pietro Fenati, cuenta con la participación de Elvira Mascanzoni, además del asesoramiento musical de Koro Izutegui y las mezclas de Emilio Albertoni.
