En cartel

El coreógrafo marroquí Radouan Mriziga refleja la cultura amazig en ‘Libya’

La pieza se puede ver en el Mercat de les Flors de Barcelona

El coreógrafo marroquí residente en Bélgica Radouan Mriziga presenta Libya en el Mercat de les Flors de Barcelona el 8 y 9 de febrero

Mriziga habla en Libya del pueble amazig del norte de Africa, cuna de cultura y ciencia. La Libya del título de esta coreografía no se refiere al país actual, sino al nombre que los antiguos egipcios y griegos daban al norte de África. Los libios son los habitantes amazigs de toda aquella región. A pesar de que su cultura oral y matriarcal ejerció una gran influencia sobre el nacimiento del arte y la ciencia en la región mediterránea y en Europa, los historiadores imperiales nunca la registraron.

Radouan Mriziga se formó en la prestigiosa escuela PARTS de Bélgica y crea sus propias obras desde 2014, algunas de ellas al lado de la coreógrafa de ROSAS Anne Teresa De Keersmaeker. Su creación conjunta, Il cimento dell’armonia e de lle inventione, la veremos en el mes de mayo.

La historia imperial a menudo se basa en la idea de la temporalidad y asigna unidades específicas de tiempo al pasado, presente y futuro. Sin embargo, Radouan Mriziga quiere cuestionar esta visión limitada del tiempo en su obra explorando Libya con la performance, la danza, el rap, las historias, el lenguaje y la canción. Con su arte, Mriziga pretende reapropiarse de la historia, conectarla con el presente y abrirla a un abanico de perspectivas.

El legado de la artesanía, los inventos, la ciencia, las culturas y la filosofía del norte de África tradicionalmente se transmite a través de la energía de nueve intérpretes. Este legado se refleja en la familia de Mriziga y en formas de conocimiento occidental y se celebra en una épica humana y artística. En lugar de ser didáctico o documental, pedagógico o antropológico, el trabajo de Mriziga busca crear una posible historia no imperial, que pueda vivirse como una sola unidad, una continuidad del conocimiento y una corriente universal.

Ocho bailarines y una serie de líneas sobre el suelo trazan las trayectorias de una constelación en movimiento que estamos a punto de observar. Se mueven en un maravilloso equilibrio entre la libertad extrema y la idea de unidad de grupo, como hojas al viento. Se transmiten entre sí una canción que se convierte en el elemento que los mantiene unidos. En el norte de África, la artesanía, la ciencia, la filosofía y la cultura de los amaziges se transmiten a través de la historia y el lenguaje, la danza y la canción. Libya rinde homenaje a este legado.


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