El XXVIII Festival de Teatro de Málaga ha batido su récord histórico de espectadores. En total, 20.859 personas han visto alguna de las 39 funciones de los 13 espectáculos programados en los teatros Cervantes y Echegaray y en el Palacio de Ferias. La cifra es un 21% más alta que la del Festival de 2010, que a su vez también había superado los datos del encuentro escénico de 2009 en casi un 10%. El récord de espectadores lo ostentaba hasta ahora la edición de 2007, en la que asistieron a las salas 18.067 espectadores.
Los números son además más satisfactorios si se considera que el vigésimo octavo Festival se ha celebrado en plena crisis económica, y en enero y febrero, fechas tradicionalmente austeras, y que las tasas de ocupación han alcanzado asimismo números históricos. En total, se ha ocupado el 81 por ciento del aforo ofertado en las tres salas (Cervantes, Echegaray y Palacio de Ferias). La media de asistencia ha sido significativamente superior en el coliseo de la calle Ramos Marín, en la que se ocuparon el 84% de las butacas disponibles, aunque en la más arriesgada programación del Echegaray la tasa alcanzó un notable 66% y en el espectáculo de La Fura dels Baus en el Palacio de Ferias se vendieron el 73% de las localidades.
Varias obras colgaron el cartel de ‘no hay billetes’ en el XXVIII Festival de Teatro, desarrollado entre el 11 de enero y el 12 de febrero. En el Cervantes, agotaron el papel las dos funciones de El avaro, los pases del Garrick de Tricicle salvo los dos primeros (aunque la segunda función, el jueves 27 de enero, alcanzó un 91% de ocupación), una representación de Devoris causa (las tres restantes llegaron al 80%) y todas las funciones del musical Chicago.
En el Teatro Echegaray, los llenos absolutos correspondieron a las puestas en escena de La violación de Lucrecia y Los días felices. Estos buenos datos de acogida del público se corresponden también con una positiva respuesta de la crítica en la inmensa mayoría de las obras.
Al número de espectadores que acudieron a las funciones programadas en sala hay que añadir los datos de las personas que asistieron a las Actividades Paralelas, bien viendo la obra de calle con la que comenzó el encuentro (un número estimado de 280 espectadores en la representación en la calle Alcazabilla de María por los aires) o disfrutando de las lecturas dramatizadas del ciclo A telón cerrado (530 personas en las cuatro lecturas). Los positivos datos cuantitativos se corresponden también con el rotundo éxito de la actividad A telón cerrado, que reunió en sus cuatro citas a dramaturgos, directores e intérpretes malagueños de todas las generaciones. Y a la integración de la savia teatral local en el Festival también contribuyó el curso Del actor al personaje, que Ramón Fontserè impartió a 25 estudiantes de la Escuela de Arte Dramático de Málaga.
De los 20.859 espectadores de sala, 17.704 acudieron a las 25 funciones programadas en el Teatro Cervantes, lo que significa un 84% de ocupación (el aforo disponible fue de 1.000 butacas salvo los cuatro pases de Devoris causa, cuya carpa solo admitía a 50 espectadores). Tras los éxitos de público citados, la siguiente puesta en escena por número de localidades vendidas fue el 2036 Omena-G de Joglars, cuyas cuatro funciones superaron el 56% de ocupación. En La fiesta de los jueces se vendieron el 30% de las entradas.
En el Teatro Echegaray se contabilizaron 1.987 en 12 funciones. Después de los llenos de las obras protagonizadas por Nùria Espert (La violación de Lucrecia) e Isabel Ordaz (Los días felices), las piezas que atrajeron a más personas fueron el Así que pasen… de Mu Teatro (63% de butacas ocupadas) y la obra de Peter Brook Warum Warum (61%). Las funciones de The convent se pusieron en escena ante el 40% de los potenciales espectadores del Echegaray, mientras que de Poeta & mendigo se despacharon un 32% de los tickets. El tercer recinto que acogió obras del XXVIII Festival de Teatro, el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga, recibió a 510 y 658 espectadores en cada una de las funciones de la obra de La Fura dels Baus Degustación de Titus Andrónicus, lo que hace una media de ocupación del 73% (el aforo era de 800 personas).
