El Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro 2016
¿Se ha acabado el aliento creativo?
Con pocos medios financieros, Natalia Menéndez hace un esfuerzo sobrehumano para proponer cada año, multiplicando el número de espectáculos, una programación en apariencia más rica, o más pobre en cuanto a la calidad a menudo discutible y al interés de las propuestas escénicas.
Cada año los mismos veteranos y amigos fieles vienen con sus producciones, éxitos asegurados.
Así por ejemplo este año Jose Luis Gómez con Celestina o Elena Pimenta con su Alcalde de Zalamea, programado durante todo el Festival.
Como si se tratara de un espejo que refleja el mundo de las artes escénicas, el Festival devuelve la imagen del paisaje teatral español sin grandes relevancias y con su jerarquía: desde arriba la nobleza teatral hasta por debajo, los miserables, sin medios, semi profesionales o amateures que combaten con sus pobres productos en la calle.
Hay de todo: tanto para el público culto, acomodado, privilegiado que viene a encontrar en este lugar mágico sus actores favoritos en las obras de clásicos famosos; como para el público humilde, con poca cultura teatral, que busca divertirse y disfrutar del ambiente festivo.
Es normal. Pero la pregunta de fondo es: ¿ cuales son los criterios de la programación de las compañías y de la elección de las propuestas teatrales ?
El otro aspecto del Festival es que refleja como un espejo de aumento, la rutina y la epidemia conmemorativa que sufre la creación teatral.
Desde hace unos años, y particularmente desde dos, se observa la inflación galopante hasta la indigestión, de producciones, mejor dicho de productos, basados sobre la obra y la vida de Cervantes, metidos en todas las salsas.
La novedad de esta ola cervantina es la figura de Cervantes como un gran feminista. De hecho tanto las mujeres en su vida como en su obra son luchadoras, rebeldes, independientes, excepcionales en su época.
Pero ahora esta realidad sale particularmente a la vista. ¡Es significativo!
Shakespeare y Cervantes son los gigantes de la literatura, ya lo sabemos. Y si quedan todavía unos autistas que no han oído el tumulto de los tam-tams conmemorativos, las trompetas del Festival de Almagro les sacaran de su ignorancia.
Entre las toneladas de espectáculos declinados en todas las formas, inspirados por textos shakesperianos o cervantinos hay pocos huecos para las obras de otros clásicos que por el momento no caben en las fechas redondas que justificarían las conmemoraciones
Gracias a Natalia Menendez el Festival hace unos años se renovó con energía e iniciativas creativas, pero ahora tengo la sensación de que se queda sin aliento, sin imaginación.
También el prefijado «internacional» que se merece. ¿Como justificarle con muy pocas compañías extranjeras desconocidas o poco conocidas en su propio país? Y que además se quedan en la margen del Festival.
Irène Sadowska