El Chivato

El Gobierno de Canarias inicia la tercera fase de las obras de rehabilitación del Teatro Guiniguada

El Gobierno de Canarias, a través de su Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes, firmó hoy miércoles, 13 de mayo, el acta de comprobación de replanteo para la ejecución de la tercera fase de las obras de rehabilitación del Teatro Giniguada, en Las Palmas de Gran Canaria, un trámite administrativo que permite iniciar el plazo de ejecución de estos trabajos, que se prolongarán por espacio de 24 meses.

El viceconsejero de Cultura y Deportes, Alberto Delgado, visitó, acompañado por los medios de comunicación,  el coliseo grancanario con el objeto de dar a conocer in situ los detalles de ejecución de la obra, junto con los arquitectos responsables del proyecto, Ramón Chesa y Javier Mena, y de la representante de la UTE adjudicataria de las obras, formada por Preconte S.L y Lopesan S.A, Delia Esther Gutiérrez. Delgado Prieto, en nombre del Gobierno de Canarias mostró su satisfacción por la reactivación de las obras que concluirán en 2011, y avanzó que el Teatro Guiniguada será cogestionado por el Ejecutivo canario y colectivos de las Artes Escénicas, para lo que se iniciarán las reuniones pertinentes con el sector.

Los trabajos de rehabilitación del teatro cuentan con un presupuesto de 3.168.898  euros y están destinados a finalizar las obras previstas y dotar de equipamiento a este emblemático espacio de la capital grancanaria. Entre los trabajos pendientes de ejecutar caben destacar el equipamiento escénico, la adaptación del edificio a la normativa vigente (incluido la accesibilidad para los minusválidos) y la recuperación de elementos historicistas propios de la época, además de pavimentos, carpinterías, elevador directo del escenario, iluminación y camerinos

El Teatro Guiniguada ha sido objeto, a lo largo de su historia, de varias modificaciones. La primera en los años 80, cambiando el mobiliario y aumentando la pantalla, la segunda a principios de los 90, adaptándolo para teatro y sede de la Filmoteca Canaria en Las Palmas, y la última inacabada, en la que se preveía aumentar la caja escénica e introducir vestuarios que, después de paralizarse por diversos motivos, retoma hoy su ejecución. Esta tercera fase será la definitiva para poner en uso el espacio.

El edificio está catalogado dentro de las ordenanzas del P.G.O.U. de la ciudad de Las Palmas, y recogido en el PEPRI Vegueta-Triana. El uso del edificio queda recogido como residencial, comercial y de espectáculos, siendo las obras permitidas las de restauración, reposición de elementos, cambios de tabiquería sin afectar su estructura ni topología, así como la modernización de sus instalaciones y demolición de elementos añadidos no originales.

En esta última fase de rehabilitación del teatro se respetarán los elementos históricos existentes, y las características del entorno del edificio. Con esta remodelación se pretende recuperar el estilo del antiguo Cine Avellaneda, adaptándolo a las condiciones y requisitos de un teatro actual, y que sirva para revitalizar el área de Vegueta donde se ubica.

La finalidad del edificio es la de representaciones escénicas de danza, teatro y  musicales, entre otros, así como la posibilidad de compartir sala de proyecciones cinematográfica de Filmoteca Canaria. También se habilitará un espacio de venta de libros, así como un pequeño snack bar en la planta alta.

Los trabajos de rehabilitación del teatro cuentan con un presupuesto de adjudicación de 3.168.898, 47 euros y esta destinado a finalizar las obras previstas y dotar de equipamiento a este emblemático espacio de la capital grancanaria.

Este presupuesto se distribuirá entre los ejercicios 2009, 2010 y 2011, año en el que está prevista la finalización de los trabajos. Las obras se llevarán a cabo siguiendo el proyecto diseñado por el estudio Chesa & Mena SL y que corresponden a la tercera y definitiva fase de intervención arquitectónica de este histórico inmueble y la que permitirá su apertura como espacio dedicado al teatro, la danza, la música y el cine.

Entre los trabajos pendientes de ejecutar caben destacar el equipamiento escénico, la adaptación del edificio a la normativa vigente (incluido la accesibilidad para los minusválidos) y la recuperación de elementos historicistas propios de la época, además de pavimentos, carpinterías, elevador directo del escenario, iluminación y camerinos.

El equipo técnico

El equipo técnico que rehabilitará el Teatro Giniguada está dirigido por los arquitectos  Ramón Chesa Padrón y Javier Mena Marqués. La ejecución de las obras ha sido adjudicada a la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Preconte S.L y Lopesan S.A.

Reformas

La empresa adjudicataria actuará puntualmente en los distintos niveles del espacio,   respetándose la obra ejecutada en la medida de lo posible, rectificándose sólo aquellos aspectos que sean aconsejables para un correcto funcionamiento del mismo.

Según se especifica en el proyecto,  en el sótano se ha proyectado el almacén necesario y la zona de espera para actores, de la que carecían. De igual manera, se ha reestudiado la escalera existente ejecutada en su día, de acceso a sótano, de manera que los rellanos cumplan con la dimensión de 1,20 metros libre de paso, debiéndose demoler la misma para su rectificación y adecuación a accesibilidad.

En planta baja, se ha rectificado la situación de la puerta de evacuación del patio de butacas a salida de emergencia lateral con el fin de centrarla en el paño del voladizo superior de palcos. Asimismo, y por necesidades de evacuación del aforo, se ha abierto otro hueco de 1 sola hoja en el mismo muro. En la zona de pasillo, se ha situado el aseo de minusválido de esta planta. Se rectifica el paso de acceso a palcos existentes, con anchura de 0,75 m mínimo en su tramo más estrecho, para cumplir accesibilidad y llegar a 0,85 metros de paso libre según requiere la Norma.

Así mismo, la evacuación lateral del patio de butacas queda modificada para que el aseo de minusválido y la salida de emergencia cumpla con los radios de giro ante las puertas de evacuación con dimensiones de 1,20 m.

De igual forma, en este nivel se han proyectado pequeños ajustes en baños.

En cuanto a la planta alta o anfiteatro, aquí los ajustes son en los accesos a los aseos de planta (situación de las puertas de acceso), que quedan desplazadas para evitar que las mismas sean obstruidas por las salidas de emergencia de la sala. La solución ha sido ocupar en el hueco de escalera, un primer tramo de aproximadamente 1 m (ancho de una bóveda sobre el hueco existente). También en esta zona se prevé la evacuación ocupando un ancho de escalera que salva el desnivel de esta planta entre salida del anfiteatro y vestíbulo del mismo, de manera que no obstruya el bar situado en ella la evacuación natural de personas (se ha macizado un trozo del tramo de escalera).

Por último, en cuanto al anfiteatro en sí, la situación de las escaleras de evacuación del graderío se han desplazado con el fin de salvar la “cabezada” que se produce al inicio de las mismas en una zona de cartelas de hormigón que soportan el forjado superior de cabina de proyecciones. En este nivel, se rectifican las dimensiones de la evacuación del rellano de escalera de salida al vestíbulo de planta alta, de manera que quede un espacio de 1,20 m ante la puerta de salida y en el rellano siguiente una vez se traspasa la misma, modificándose los peldaños (cuatro), que se adelantan para producir esa anchura en el rellano.

En cuanto al nivel de la zona de cabinas, y de iluminación escénica, ya se comentó la decisión de retirar el voladizo metálico allí construido, optándose por una solución de apertura de huecos en el muro que deberá ser convenientemente reforzado en esos puntos con dinteles metálicos.

En ese nivel, se organiza la escalera de acceso a maquinaria (la actual es de partes) y como consecuencia de la situación de la batería de iluminación escénica (barra paralela al muro) se crea un pasillo en todo ese frente, dejando retrasada respecto a ese muro que da a la sala, el almacén de películas y el aseo de operarios.

Nueva arquitectura

Como contrapunto al estilo historicista, la nueva rehabilitación introduce elementos de diseño actual dentro de la sala. Así, consideramos que la sala de control, al ser un elemento ajeno o extraño al proyecto primitivo debe manifestarse como tal, para lo cual se ha proyectado una caja de cristal limpia. Asimismo, serán de diseño actual el mobiliario de las butacas, la pieza de bar, que situamos en el vestíbulo del anfiteatro, el pavimento de la sala y el frente de la caja escénica.

A pesar de tener la sala de por sí, tanto en su diseño y estructura espacial (forma del anfiteatro y palcos) como en su revestimiento, un carácter formal muy fuerte, perteneciente al diseño original, los elementos de nueva arquitectura que proponemos introducir en ella, dialogan positivamente, a nuestro entender, con los elementos históricos, dada su sencillez.

Por una parte, el carácter minimalista de la sala de control ayuda a no plantear inarmonías con el estilo original, lo mismo que ocurrirá con las butacas, ya que hemos elegido unas de un diseño más sencillo cumpliendo, en cualquier caso, los necesarios requisitos de comodidad y seguridad.

Por otro lado, para el frente de la caja escénica, que ha aumentado de tamaño al aproximar el plano de escenario, se propone una intervención con molduras en arco y chapas de madera con luces indirectas entre sus hendiduras, creando haces de luces y sombras.

La venta de publicaciones se realizaría por el personal del teatro, estando la exposición en las vitrinas de la parte frontal del vestíbulo de entrada, elementos que recuperamos para este fin del diseño original, sin necesitar mas que un espacio de almacenaje de libros, que estaría aparte de las vitrinas en el espacio de la antigua taquilla de la izquierda, y una mesa de especial diseño donde se podría efectuar la venta.

El diseño del snack-bar de planta alta tiene un diseño asimismo actual, utilizando materiales como la madera, las mallas metálicas o el cristal al ácido sin ornamentos. La sencillez de la pieza permitirá la fácil integración en el espacio donde se sitúa.

Por último, se recuperan las antiguas vitrinas del vestíbulo para exposición y venta de publicaciones.

Teatro Guiniguada: historia

En la trayectoria histórica realizada por el Estudio de Arquitectos adjudicatario de esta fase de rehabilitación se destaca que el Teatro Guiniguada, según la documentación consultada en el Archivo Histórico Provincial de Las Palmas, se proyectó en el mes de julio del año 1938 y es obra del Arquitecto Antonio Cardona Aragón.

Antes de que se abriera el primer cine Royal, las sesiones de cine en Las Palmas eran al aire libre o en el Teatro-Circo Cuyás. Así, se leen en la prensa anuncios de 1910 del «Cine Pathé» en el jardín de San Telmo, o bien en el «Pabellón Colón» y el «Recreativo de Santa Catalina» pero, y puesto que no parece que haya proyectos, se puede suponer que esos pabellones fueran, en ese momento, almacenes reutilizados como cines.

El primer cine proyectado que se conoce es el citado «Royal» de Antonio Cardona, que reforma y amplía en 1930 un proyecto anterior de 1927 de Eduardo Laforet (que había adaptado para cine un antiguo almacén), con un lenguaje cercano al decó, donde dejó atrás -en gran medida-  los lenguajes históricos del eclecticismo. En esa época, el cinematógrafo pasaba a ser considerado en Las Palmas un espectáculo cosmopolita, y es entonces cuando Miguel Martín y Oppel realizan el Cine Cuyás (1931), uno de los más importantes edificios de la arquitectura racionalista de Las Palmas.

Antonio Cardona estudia en la escuela de Madrid (1922 – 1929), siendo autor de 26 proyectos para cines -algunos sólo son reformas- entre 1930 (cine Royal citado) y 1964 (el de Gran Tarajal, Fuerteventura). Los variados lenguajes de estos proyectos que van desde el academicismo-regionalismo, al racionalismo y al neocanario indican, también, la figura del técnico que atiende a los gustos de su clientela. Este es el caso de este edificio «Avellaneda» para cine, viviendas, dos locales comerciales y dos oficinas, donde Antonio Cardona fluctúa entre el academicismo-regionalismo del alzado, con estilemas clasicistas en el porche, y el racionalismo expresionista para la óptica Hernández Guerra, situada en la planta baja del edificio.

La misma operación la repite en el vestíbulo con molduras, lunetos y referencias al orden clásico junto con sillones racionalistas y un paño horizontal donde se acallan las referencias historicistas.

En cualquier caso, resulta llamativo el que, a pesar de estar originalmente proyectado como cine, el modelo seguido fuera el de teatro tradicional, con sala triangular, palcos, escenario y foso de orquesta, al que se añade una pantalla, al fondo del escenario, y una cabina de proyección sobre el anfiteatro.

Mas parece que, en vez de proyectar un cine y prever su flexibilidad para los usos teatrales o de concierto, se haya operado al revés, quizá por falta de referencias tipológicas de cine, y se proyectara un teatro “adaptado” como cine.

Esta circunstancia ha complicado, en gran manera, las reformas sucesivas del teatro, ya que la estructura tan poco flexible de teatro tradicional, unido a la forma triangular de la sala, hace que la única forma de agrandar la pantalla haya sido reducir el patio de butacas, opción  también utilizada en la última reforma.

El Teatro Guiniguada ha sido objeto, a lo largo de su historia, de distintas modificaciones. El proyecto original obedece, como hemos explicado, a una traza de teatro clásico incluido dentro del citado edificio de oficinas, viviendas y locales comerciales, si bien, adaptado a sala de conciertos (disponía de un foso para orquesta) con un escenario muy reducido, y preparado para cine, para lo cual, se proyectó una pantalla en la parte trasera del escenario, de tamaño suficiente para los formatos de la época, y una cabina de proyección sobre el anfiteatro. Desde sus inicios se le denominó Cine Avellaneda, en referencia al nombre del promotor.

A principios de los años ochenta se hizo una primera reforma del cine, cambiando el mobiliario, sustituyendo las antiguas butacas de madera por unas más cómodas, y acercando el plano de pantalla, reduciendo la sala y eliminando seis filas de butacas, con lo cual se conseguía una mayor dimensión de la pantalla adaptada a los formatos actuales.

A principios de los noventa, ante la escasez de teatros en la ciudad, y ya en propiedad del Gobierno Autónomo, se adaptó para el uso de teatro (de esta época datan los frescos de Fernando Álamo y Juan José Gil), manteniendo la posibilidad de proyecciones de cine (en el mismo edificio se ubican las oficinas de la filmoteca de Las Palmas).

Para esto, se utilizaron los espacios previstos en el proyecto original y su posterior reforma, si bien, lo reducido del escenario y la caja escénica y la ausencia de camerinos limitaban en gran manera dicho uso. Esta inadecuación a lo que podría ser un teatro moderno, llevó a plantear una remodelación integral que permitiera ampliar el espacio escénico, equiparlo con maquinaria moderna y crear una zona de camerinos e introducir sistemas de climatización que permitieran adecuar el antiguo teatro a las nuevas necesidades.


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