‘El lector por horas’ de Sinisterra y el poder transformador de la literatura llegan al Teatro de La Abadía
El Festival de Otoño rinde su particular homenaje a Sanchis Sinisterra con la programación de la obra los días 24, 25 y 26 de noviembre
Cuando Toni Casares propuso a Juan Mayorga una alianza para poner en escena un texto de José Sanchis Sinisterra, el director artístico del Teatro de La Abadía no dudó en hermanarse con la Sala Beckett para llevarlo a cabo. Como reconoce Mayorga, «el teatro español contemporáneo debe mucho a la figura de Sanchis y es un autor que debe ser siempre representado». Motivo también por el cual el Festival de Otoño de Madrid acoge dentro de su programación las funciones del 24 al 26 de noviembre.
«Para el Festival de Otoño es un honor contar con su presencia. Maestro de maestros y figura indispensable de las artes escénicas de las últimas décadas. Rendimos tributo y homenaje al programar esta función. Con El lector por horas mostramos la fuerza y vigencia de uno de sus textos fundamentales donde convergen con absoluta destreza sus postulados teóricos y su potencia dramatúrgica», reconoce Alberto Conejero, director de la actual edición del Festival de Otoño. Sinisterra es un clásico vivo, un maestro en el más amplio sentido del término, un joven de 83 años que sigue entreteniendo su tiempo en enigmas y luchas en la búsqueda de lo fronterizo, del paso más allá de lo conocido, siempre ensanchando el poder de la palabra en el teatro.
Otoño Sanchis
‘El lector por horas‘ es una producción concebida dentro del ciclo «Otoño Sanchis» que ha realizado la Sala Beckett de Barcelona como homenaje a su fundador José Sanchis Sinisterra, haciendo así referencia al «Otoño Pinter» que el propio Sanchis organizara en 1996 para dar a conocer la obra del autor británico en España. En ese sentido, el Teatro de La Abadía también amplía su programación para ofrecer una mirada amplia sobre la figura de Sanchis Sinisterra. La exposición Romper el horizonte. La misión de José Sanchis Sinisterra dará a conocer a través de fotos, textos y testimonios, su trabajo como autor, director, docente y dinamizador teatral. «El visitante podrá formarse una idea (fragmentaria e incompleta) de su labor y de la importancia que ha tenido y tiene para el teatro contemporáneo de nuestro país», apunta Ronald Brouwer, encargado de la organización de la misma en el Absidiolo del teatro. Además, se acaba de poner en marcha el curso sobre dramaturgia impartido por el propio autor bajo la denominación: «Narraturgia, en las fronteras del teatro y el relato«. Tema que se materializa perfectamente en el propio título de ‘El lector por horas‘, puesto que en esta obra se condensa toda su dramaturgia de la recepción.
¿Qué nos hace y deshace el acto imperceptible de leer ficciones? ¿Cómo diluyen y reconstruyen esos relatos nuestros paisajes interiores, quizás devastados por la vida?», son algunas de las preguntas que el propio Sanchis Sinisterra se hace en la concepción de esta función. Preguntas que, tal como él dice, no encontrarán respuestas en el texto, pero que sin duda sobrevuelan una función en la que el dramaturgo trabaja lo que denomina «estructura de enigmas». «Me atreví a trabajar lo que yo llamo la estructura de enigmas. A veces los autores tenemos una obsesión por la transparencia, que todo se entienda, y yo hace ya muchos años que me pregunto: ¿Acaso entendemos la realidad…? ¿Nos entendemos a nosotros mismos o a los mecanismos que mueven la política mundial? Ese trabajo sobre el no saber, el enigma y lo oscuro está en esta obra, la cual entrelaza varios aspectos relevantes de mi trabajo y mi proceso personal», confiesa el autor.
En la función, tres personajes se unen y desunen en torno al rito misterioso e íntimo de la lectura. Celso (Pep Cruz), un acaudalado y prepotente hombre de negocios, que contrata al esquivo Ismael (Pere Ponce) para que lea novelas insignes a su hija Lorena (Mar Ulldemolins), cuya ceguera de misterioso origen la mantiene sumida en una estéril reclusión. Este es el punto de partida de una obra que habla de los libros, de la literatura, del poder creador de las ficciones, de la necesidad del otro para completar tu propia realidad. Pero es también un juego variable de dominación y sumisión, donde las relaciones que se dan entre sus personajes parecen tejer y destejer una trama de misterio, llena de enigmas, que el público deberá descifrar -si lo necesita-quizás apoyándose en los fragmentos leídos por Ismael a Lorena: Durrell, Lampedusa, Conrad, Flaubert, Schnitzler, Rulfo…, huéspedes también de la nutrida e intimidante biblioteca en que transcurre la acción.