Críticas de espectáculos

El Orfeó Català en Santes Creus

EL ORFEÓ CATALÀ EN SANTES CREUS En el monasterio cisterciense de Santes Creus, pudimos escuchar el pasado día 13 de julio de 2002 al Orfeó Català, de Barcelona, en uno de los conciertos del ciclo “Concerts d’estiu al Reial Monestir de Santes Creus”, organizado por la Fundació de dicho monasterio y con la colaboración del Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya, Patronat del Reial Monestir de Santes Creus, Diputació de Tarragona, Fundació del Banc de Sabadell, Fecsa-Endesa, “la Caixa” y el Ajuntament d’Aiguamurcia. El programa que nos ofreció el Orfeó, fue seleccionado de manera que quedó determinado por estos tres bien diferenciados apartados: universal, la de más reciente composición y el popular. El primero, formado por el motete para dos coros y cuarteto solista, Ehre sei Gott in der Höhe, de Félix Mendelsshon; Ave María, obra compuesta para coro a ocho voces, de Antón Bruckner y los Valses Amorosos, Op. 65, de Johannes Brahms, obra esta, escrita para coro o cuarteto solista con acompañamiento de piano a cuatro manos; en esta ocasión interpretado por e l Orfeó y piano a cuatro manos. A continuación, en el segundo de los apartados, nos ofrecieron, de Cristòfor Taltabull, Cançó de l’enfados; de Guillermo Lazcano, Lili eder bat; seguidamente una composición de Jan Sandström, Det är en ros entsprungen, para dos coros: se trata de un coral a dieciséis voces a boca cerrada, envolvente, un villancico tradicional europeo del renacimiento, harmonizado en su tiempo por Michael Praetorius. Finalmente l’Hereu Riera, canción popular catalana, harmonizada por Josep Cumelles Ribó; La dama d’Aragó, harmonizada por Lluís Millet; La filadora, harmonizada por Josep Sancho Marraco; la Sardana de les monges, de Enric Morera y texto de Àngel Guimerà y L’Empordà, de Enric Morera y con texto de Joan Maragall. La interpretación de Det är en ros entsprungen debido a su complejidad, dieciséis voces, y probablemente por motivos de distribución estratégica de los cantaires, entre el escenario y la sala, para conseguir el efecto sonoro deseado, ocasiono cierto desequilibrio entre las voces. Por lo demás, el concierto resultó ser de una calidad, desde todos los puntos de vista a plena satisfacción del numerosísimo publico asistente que ovacionó al Orfeó Català, a su director Josep Vila i Casañas, así como a los pianistas encargados del acompañamiento, a cuatro manos, Mercè Sanchis y David Malet. El Orfeó Cátala es una institución con más de cien años de historia, fundado el año 1891 por Lluís Millet y Amadeu Vives, tiene su sede en el Palau de la Música Catalana, de Barcelona. Desde su fundación se hizo merecedor de gran prestigio, tanto en Cataluña como en el ámbito internacional, figurando en su repertorio las más significativas obras de la literatura sinfónicocoral, tradicional y popular.

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