En cartel

El Orfeón donostiarra canta en el Teatro Arriaga la Petite Messe Solennelle de Rossini

El Teatro Arriaga de Bilbao acoge el sábado (2011/05/28, a las 20.00) un concierto protagonizado por el Orfeón donostiarra que recala en la capital vizcaína con la Petite Messe Solennelle de Rossini, obra que ha interpretado recientemente en el Auditorio de León donde ha obtenido un gran éxito.

El Orfeón donostiarra interpretará la Petite Messe Solennelle de Rossini bajo la dirección de Sainz Alfaro, con el organista Gerardo Rifón y el pianista Patxi Aizpiri. También intervendrán como solistas la soprano Elena Barbé, la mezzosoprano Ainhoa Zubillaga (ambas orfeonistas), el tenor José Luis Sola y el barítono, componente del Orfeón, Jesús García Aréjula.

La Petite Messe Solennelle, catalogada como una de las cumbres de la música romántica religiosa, forma parte del repertorio del Orfeón desde 1982. La versión que se interpretará en Bilbao es la que compuso Rossini en 1863 para piano y armonio, cuatro solistas (soprano, alto, tenor y bajo) y un coro mixto. Posteriormente el compositor italiano realizó otra versión orquestada de lo que él denominó como «último pecado de vejez» y se estrenó como tal en 1869, un año después de su muerte.

Con esta obra, compuesta por encargo del conde Pillet-Will para su esposa Louise, el músico de Pésaro rompió moldes en cuanto a la armonización y empezó a distanciarse de los compositores coetáneos. Detrás de la simplicidad de las formas se esconde una osadía que le proyecta hacia la modernidad. En la dedicatoria, que iba dirigida al Creador como para hacerse perdonar por haber sido negligente con él en toda su fecunda producción, dejó escrito: «Buen Dios, ésta es la pobre pequeña misa … Yo había nacido para la ópera bufa, tú lo sabes bien». En la larga introducción que la precede se puede leer: «Doce cantores de tres sexos, hombres, mujeres y castrados, serán suficientes para su ejecución. Es decir, ocho para el coro y cuatro para los solos, en total doce querubines. Dios me perdone la comparación …»

La Petite Messe Solennelle, que dura algo más de una hora, constituye el testamento musical de Rossini, ya que después de ella sólo compuso algunas obras circunstanciales, como un himno dedicado a Napoleón III con motivo de la Exposición de París. Algunos de los catorce fragmentos en que está dividida fueron popularizados por su inclusión en la película de Fellini «E la nave va» estrenada en 1983. También Pedro Almodóvar utilizó el Kyrie de esta obra en «La mala educación», cantado por el Cor Vivaldi-Petits Cantors de Catalunya.


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