El Chivato

El programa Escena Viva lleva ‘Carmina Burana’ de Carl Orff en versión bailada a Estación Mapocho

La magia del Ballet Oratorio Carmina Burana cautivará nuevamente al público con la versión coreográfica que Ernst Uthoff realizó de la célebre cantata escénica compuesta por el alemán Carl Orff. El montaje, interpretado por el Ballet Nacional Chileno, El Banch, la Orquesta Sinfónica de Chile y el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile, podrá ser apreciado en forma gratuita el próximo viernes 26 y sábado 27 de marzo, a las 20:00 horas, en el Centro Cultural Estación Mapocho de Santiago de Chile. Considerada como una de las obras musicales más populares del siglo XX, la cantata escénica Carmina Burana de Carl Orff fue estrenada en Frankfurt el 8 de junio de 1937. El montaje combina la poesía profana del siglo XIII con una música intensa y sencilla, de ritmos vibrantes y sonoridades características del compositor alemán.

Con este espectáculo, que reúne a las tres agrupaciones de mayor trayectoria del país, continúa el programa cultural ¡Escena Viva!, alianza entre Minera Escondida y Estación Mapocho que, desde el año 2004, ha permitido a más de treinta mil personas emocionarse con grandes espectáculos orientados a la familia, en un espacio abierto a la cultura, con entrada liberada. Para asistir, se deben retirar dos invitaciones individuales por persona, los mismos días de la función a partir de las 9:30 horas, en las boleterías del centro cultural.

LA OBRA

La obra comienza con un coro que hace un poderoso llamado a la Diosa del Destino, a cuyos caprichos que cambian como la faz de la luna, está entregado el hombre.

La primera parte, “Veris leta facies”, consta de canciones danzadas, juegos y rondas. Representa una fiesta en homenaje a las fuerzas de la naturaleza, que renacen con la primavera y que actúan sobre los hombres, dándoles la fuerza necesaria para su lucha contra el destino. El “Eros” (en la mitología griega, Dios del amor y la sexualidad) que despierta con esta alegría hace que las muchachas reclamen a sus amados para que las acompañen a los bosques que florecen por doquier. Con la aclamación jubilosa de que todos los tesoros del mundo no valen lo que el abrazo de una mujer, termina la “Fiesta de la Primavera”.

En la segunda parte, tienen los hombres la palabra. Reunidos en la taberna, escuchan la atrevida confesión de un espíritu rebelde y desafiante que protesta contra el destino por las condiciones lamentables de la vida. Mientras tanto se oyen los lamentos desconsolados del cisne asado, criatura antes tan hermosa, que es destinado a ser devorado. Y el desenlace se presenta con un prodigioso “Coro de ebrios” y así la miseria del mundo es vencida por los espíritus del vino que despiertan una gran alegría.

La tercera parte es también una “Fiesta de Primavera y de Amor”. Hombres y mujeres se encuentran y la belleza y el dolor de la soledad son vencidos por el amor. Una pequeña “Canción de Escarnio”, insinúa de antemano las alegrías de la unión y todos se sienten renovados por las llamas de una nueva y tormentosa pasión. Sigue el homenaje a la “Diosa del Amor”, con el himno del “Ave formosissima”.

Finalmente, todo cambia repentinamente, y con la repetición del coro del comienzo, “O Fortuna”, el hombre se somete de nuevo al poder del destino todopoderoso e inexorable.

 


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