El Teatre Condal recibe a Las Niñas de Cádiz y su ‘Las bingueras de Eurípides’
Esta divertida sátira sobre la moralidad estará en cartel en Barcelona del 14 al 22 de junio
Del 14 al 22 de junio, regresa al Teatre Condal de Barcelona el humor inconfundible de Las Niñas de Cádiz con ‘Las bingueras de Eurípides, una obra de Ana López Segovia dirigida por José Troncoso. El espectáculo está protagonizado por Alejandra López, Teresa Quintero/Mercedes Lozano, Rocío Segovia, Ana López Segovia, José Troncoso/José Carlos Fernández y Fernando Cueto.
Daniel Anglès, director artístico del Teatre Condal, manifiesta su alegría por recibir a Las niñas de Cádiz, una compañía que ya sorprendió muchísimo con su último espectáculo, ‘El viento es salvaje’, y que ahora vuelve al Teatre Condal con este montaje que, además, le ha valido a su dramaturga, Ana López Segovia, la Nominación a la Mejor adaptación o versión de una obra teatral en los Premios Max 2024. “Después de recibirlas con un espectáculo que nos encantó –dice Anglès-, tenía muchísimas ganas de ver este segundo montaje. El año pasado fue maravilloso cerrar la temporada del Condal con un espectáculo como el suyo y queremos que esta compañía siga viniendo.”
Según relata Ana López Segovia, Las Niñas de Cádiz es una formación gaditana nacida de la unión de cuatro amigas que empezaron a hacer teatro en la Universidad, que cantaban sus letras en los Carnavales de Cádiz y que , finalmente, en 2017, forman su grupo teatral con un nombre que rinde homenaje tanto a las Puellae Gaditanae, bailarinas y cantantes celebradísimas en el Imperio Romano; mujeres artistas, populares, irreverentes, provocadoras y libres, como a sí mismas cuando se las conocía como La chirigota de las niñas. Todo para hacer bandera de su buen humor que ya se ha convertido, en los cuatro espectáculos que conforman su trayectoria, marca indiscutible la compañía.
En ‘Las bingueras de Eurípides‘ regresan con una función «donde lo que nos fascina es la amoralidad, presentando personalidades que están por encima del bien y del mal. Dionisia baja a la Tierra para poner orden, y recluta a un grupo de mujeres para montar un bingo ilegal (algo muy típico, al menos en Cádiz). Aparece una pareja de policías que quieren cerrarles el local, uno malo y uno bueno, una especie de Tiresias que intenta mediar entre las bingueras y el policía malo, como si fuera la voz del propio Eurípides. Todo esto pasado por Cádiz, y el público se da una risa. Hay un espíritu lúdico muy presente, con canciones que hacen referencia a la chirigota y al carnaval de Cádiz. Nos gusta mucho trabajar con nuestra cultura; el público lo agradece mucho y es uno de nuestros sellos y especialidades.”
López Segovia explica también que el humor en los espectáculos de Las niñas de Cádiz no es tan sólo un recurso energético, sino toda una declaración de intenciones y de su forma de ser. “Siempre creo en el humor como referencia. Es herencia nuestra, incluso explicando cosas dolorosas, hay que saber arrancar una carcajada. Las cosas más surrealistas pasan en serio. Y, como actriz, lo vivo como una liberación. Decimos cosas fuertes y dolorosas pero creo que todos querríamos ver a nuestra madre en un momento así de la vida.”
Alejandra López, intérprete de la compañía, añade que «en el fondo, son personajes reales, anécdotas e historias reales de nuestro país, de nuestras familias. Yo lo veo como una liberación de las madres, de esos seres invisibles de la sociedad que son las mujeres de la casa, a las que, de repente, ponemos nombres, carne, dolor y humor; para nosotros se trata de eso, del humor del superviviente, de aquellas personas que se ven rara vez en el escenario pero que llenan los teatros. Esto lo hemos visto muy yendo de gira. Las cosas más surrealistas pasan en serio. Y, como actriz, lo vivo como una liberación. Decimos cosas fuertes y dolorosas pero creo que todos querríamos ver a nuestra madre en un momento así de la vida.”
La actriz recuerda su última visita al Teatre Condal. “Hasta el pasado año, yo nunca había venido a Barcelona, y quedé muy sorprendida tanto de su público como de su cultura teatral. Y el Condal es un teatro maravilloso, enorme pero, a la vez, muy cálido. Recuerdo salir muy contenta, en sintonía con el público. Lo guardo como una experiencia preciosa.»