Estrenos

El Teatre Romea acoge los monólogos ‘El infanticida’ y ‘Germana Pau’ con dirección de Josep Maria Mestres

Las actrices  serán las protagonistas del espectáculo formado por dos monólogos dramáticos de la excepcional y singular escritora Víctor Català (pseudónimo de Caterina Albert), dirigidas por Josep Maria Mestres.

Emma Vilarasau se reencuentra con el personaje de Nela en el Teatre Romea, después de 17 años, en el mismo escenario donde obtuvo los mejores elogios por parte de la crítica por su magnífica interpretación en La infanticida.

Àngels Gonyalons, nos descubrirá Germana Pau, pieza dramática inédita en los escenarios y que nos narra de forma magistral los sentimientos de odio y envidia por un deseo insatisfecho.

La infanticida (Emma Vilarasau)
Nela, la protagonista de este monólogo dramático, es una joven campesina. Ella narra su historia desde la celda del manicomio, donde la han encerrado después de matar a su hija recién nacida. La criatura es el fruto de su pasión desenfrenada con un joven de la burguesía catalana. Atemorizada por si su padre se entera de tal deshonra y cumple con la amenaza de degollarla, Nela escoge este destino para su hija.

Germana Pau (Àngels Gonyalons)
Celda de una casa de curación, asistida por hermanas Paúlas. Una cama en la que yace un hombre muy enfermo. La hermana Pau se tiene que ocupar de él. Poco a poco, descubriremos que la monja conoce al hombre antes de hacerse religiosa. A partir de aquí, la actitud de la mujer cambia radicalmente y precipita la relación con el paciente hacia un final inesperado.

Víctor Català (La Escala, 1869 – 1966)
Pseudónimo de Caterina Albert. Novelista, narradora, autora teatral y poetisa, es especialmente conocida por la novela Solitud (1905), obra que se convirtió en un referente del modernismo y del naturalismo literario. El éxito, sin embargo, le llegó en 1898, cuando se le otorgaron los Juegos Florales de Olot por un poema, Lo llibre nou, y el monólogo teatral La infanticida. La autoría femenina de este drama rural provocó un escándalo en los círculos literarios de la época, los cuales la habían aceptado como poetisa siempre y cuando se ciñera al modelo conservador y no pretendiera hablar sobre la identidad o el deseo femeninos. Este hecho llevó a su creadora a refugiarse para siempre bajo un pseudónimo.


Mostrar más

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba