En cartel

El Teatro Arlequín acoge una adaptación gótica de ‘El sueño de una noche de verano’

«Aquellos que creen en la magia están destinados a encontrarla». Bajo esta premisa se presenta el 15 de julio en el teatro Arlequín de Madrid una adaptación «gótica» de una de las obras cumbre de William Shakespeare: ‘El sueño de una noche de verano’.

 

La adaptación, realizada por el director Carlos Manzanares, e interpretada por la compañía Trece Gatos, aúna varios elementos que convierten la obra en un cuento onírico donde realidad y ficción, pesimismo y optimismo, se enfrentan con el objetivo de ahondar en la conciencia del espectador con un mensaje claro: hay que perseguir los propios sueños.

«Hemos querido aprovechar la magia que hay en el texto de Shakespeare y dar mayor protagonismo a las hadas, haciendo de ellas unos personajes con los que cualquier espectador –en especial las mujeres- se puede identificar», explica Manzanares. «Son trabajadoras que tienen su rutina gris, su día a día… como cualquiera de nosotros. Pero a partir de un momento determinado, deciden arriesgarse y apostar por lo que realmente les gusta, les ilusiona. Si consiguen un buen resultado o no, es lo de menos. Lo que queremos contar es que lo importante es intentarlo, ponerse en marcha, apostar por que los sueños se hagan realidad. Hay una frase del texto que define bastante bien todo esto: ‘En el intento, a pesar de no tener alas, aprendieron a volar'».

Para conseguirlo, Manzanares se ha decantado por llevar el relato de Shakespeare al código del cuento en el que humor, sentimientos y guiños al cine se entrelazan traslandando al espectador a un mundo en el que todo es posible y donde risas y emoción están garantizadas. «Quería hacer un cuento, pero también quería huir del cliché y de lo infantil, para conseguir que el espectador se pudiera identificar con los personajes», señala Manzanares. Por ello, afirma, decidió decantarse por una estética tenebrosa, «gótica, a lo Tim Burton», que contribuye a alimentar ese ambiente fantástico del bosque y de aquellos que lo habitan. «La estética de la obra sirve además para destacar la evolución de los personajes de las hadas (y de la historia en sí), que cada vez más entusiastas van llenando el espacio de color, hasta el amanecer final donde la luz lo envuelve todo».

Con la programación de este espectáculo, apto para todos los públicos, el Teatro Arlequín ha querido unirse a la conmemoración del cuarto centenario de la muerte de Shakespeare. La adaptación de Manzanares se vuelve a representar después de que el pasado año se mantuviera durante más de seis meses en cartel en la Sala del Mariano en Madrid.


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