A partir del 4 de abril el 4 de abril el Teatro El Galpón (Av. 18 de Julio 1618, Montevideo) acoge las reposiciones de las obras ‘Los 39 escalones’ de Alfred Hitchcock y ‘El precio’ de Arthur Miller.
‘Los 39 escalones’ de Alfred Hitchcock se pondrá en escena desde el 4 de abril (jueves y viernes a las 20.30 horas) en la Sala César Campodónico, con dirección de Manuel González Gil, a partir de la adaptación teatral de Patrick Barlow y coproducida por Teatro El Galpón – Javier Faroni.
La obra es «un juego de espionaje, crímenes y persecuciones. Pero fundamentalmente es un juego para reírse de eso», según el propio director.
‘Los 39 escalones’ arranca con Richard Hannay que está en el teatro cuando se produce una refriega y se escucha un tiro. En medio del revuelo, se le acerca una misteriosa mujer que confiesa se espía y le pide protección. Cuando Richard la lleva a su casa, ella es asesinada. A partir de allí, Hannay comienza a huir de los hombres que la mataron, pertenecientes a una organización criminal, iniciando una cacería humana que recorre el territorio de los Estados Unidos.
La pieza que ponen en escena Pablo Robles, Claudia Trecu, Marcos Zarzaj y Massimo Tenuta es una parodia de aquella película dirigida por el «maestro del suspenso» puesto que los cuatro intérpretes cuentan al público lo que sucede en la película con los recursos del teatro, en un ritmo vertiginoso y con un humor desopilante, donde entre los cuatro componen todos los personajes que aparecen en la historia.
‘El precio’ de Arthur Miller que dirige Héctor Guido se representará en la Sala Atahualpa los viernes a partir del 5 de abril (21.00 horas). La pieza que ponen en escena Gustavo Alonso, Elizabeth Vignoli, Diego Rovira, y Julio Calcagno está considerada como una de las obras más fascinantes y entretenidas escritas por Miller, y la crítica la ha considerado un soberbio y aún exuberante ejercicio teatral.
‘El precio’ comienza por mostrar una peripecia que parece cotidiana y familiar – la venta de un lote de muebles antiguos- para luego sumergirnos en un mundo con toda su tragedia presente, con un ingrediente esencial para el teatro, que es la capacidad de entretener. Del texto se desprende una ternura que termina en situaciones casi graciosas, sin que se le vean los hilos, de manera natural.
Aunque de alguna manera refiere a hechos autobiográficos, ya que la crisis del 29 pegó muy duro a la familia del mismo Miller, las crisis del capitalismo, que son cíclicas, lo hacen un texto universal. En este autor hay experiencia vital pero también capacidad de observación para construir sus personajes, eso es la materia prima que lo hace un dramaturgo de los mejores. Es un autor que habilita una profunda reflexión y tenemos que frecuentarlo. Nuestro teatro lo ha adoptado como propio. Por algo es considerado un genio del siglo XX y uno de a los autores más importantes de todos los tiempos.»
Héctor Guido reconoce que «decidimos hacer este título en 2008, cuando nos fue propuesto por el director Carlos Aguilera, quien falleció pocos meses después, el 19 de mayo de 2009. Hoy estamos cumpliendo con su deseo, y dedicamos nuestro trabajo al entrañable amigo y hombre de teatro».
