El tema es la pareja
El sábado se dio a conocer la obra ganadora del Premi Born, ‘Un peu gegant els axafa a tots’ que concede el Cercle Artístic de Ciutadella de Menorca, y su autor, el joven Xavier Morató i Garcia. Como es habitual en los actos programados para este acontecimiento anual que ha llegado a su edición trigésima novena, se ofreció una representación teatral, en esta ocasión, «Pulmons», que trata de una manera harto conservadora las relaciones de pareja, los hijos como nexo de unión, y un largo etcétera de cuestiones muy poco novedosas, formalmente ligera y con una pareja de actores muy solventes.
Lo curioso es que las tres obras finalistas para ganar el premio de este año, trataban de asuntos relacionados con la pareja y las relaciones personales. ¿Es el tema principal de nuestra escena? ¿La sociedad catalana, española, en general, está preocupada por esos asuntos tan burgueses propios del siglo XIX? ¿Estamos ante una situación tan regresiva? Soluciono el caso de manera rápida y quirúrgica: se trata de una coincidencia, de que este cronista se está volviendo demasiado exigente, porque el teatro va bien, los teatros no se llenan, pero es culpa de otros, no de los asuntos y las maneras en las que se proponen las obras. La pareja, la familia mejor dicho, es algo fundamental, nuclear en nuestra sociedad y es asunto a considerar de manera prioritaria. Los que creemos lo contrario estamos fuera de lugar. Unas avispas molestas, es lo que somos. No pongo ni quito comillas, pero yo no me lo creo.
Quisiera aplaudir una vez más al Cercle Artístic de Ciutadella, una entidad privada, que tiene una vida cultural en esa ciudad menorquina que estructura la sociedad y que esta apuesta por el teatro, por los textos teatrales es digna de elogio continuado, cerrado y total. Más en estos momentos donde se está produciendo una de los objetivos marcados en los últimos años. Me explicaré. El premio consiste en catorce mil euros más la edición de la obra ganadora en los cuatro idiomas que se consagran como propios en la Constitución española, a saber: español, catalán, euskera y gallego. Y se cumple. Tenemos el inmenso honor de ser los que editamos las ediciones de eukera y español.
Pues bien el Premi Born de 2012, ‘El principi d’Arquimedes’, original de Josep Maria Miró, se estrenó con dirección del propio autor en catalán, después se hicieron montajes de su obra en México y Argentina,y justo en estos momentos, ahora mismo, se está representando en español en el Teatro de La Abadía, se estrena esta semana en euskera y también español en un nuevo montaje en Euskadi y se está ensayando una versión en gallego dirigida por Xulio Lago. No se puede pedir más. Si alguien tenía dudas en apoyar a este premio, aquí tiene argumentos de peso, rotundos, para reconocer la importancia del mismo.
Obviamente, no todas las obras premiadas han tenido este recorrido, pero si miran el histórico del Premi Born, están los mejores dramaturgos de las últimas décadas. Y debo asegurar que es el premio más limpio, mejor organizado, sin ninguna posibilidad de manipulación por la escrupulosidad que se llevan todos los pasos del que tenga noticias. En eso, también es ejemplar. Así que gloria y loa al Born, que está sufriendo para mantenerse en su mismo nivel, que debe recurrir al mini patrocinio ciudadano, y las instituciones no se quieren enterar. Como siempre.
Pero volviendo al asunto de al temática de las obras, mirando la cartelera, uno sufre en silencio. Son elecciones de las productoras , empresas y compañías, no creo que sea el IVA quién tenga la culpa de estas elecciones, ni las convocatorias de ayudas y subvenciones. ¿Moda, rutina, conservadurismo? No lo sé. Lo que sí puede asegurar que esta circunstancia no es universal, y lo decimos cuando todavía nos duelen las manos de aplaudir, cuando mantenemos la sonrisa de satisfacción por haber presenciado en una tarde-noche de un domingo otoñal con temperatura veraniega, en una sala situada en un barrio de Madrid, pero modélica en su estructura y funcionamiento, la Kubik Fabrik, un gran montaje, «Mendoza», una versión del Macbeth realizada por Antonio Zuñiga, dramaturgo importante en el panorama mexicano, con dirección de un joven y talentoso Juan Carrillo, con un elenco realmente compenetrado, comprometido y de calidad que se anuncia como «Los Colochos». Shakespeare hablando con acento mexicano de ayer y de hoy, de y con verdad, sin parodias ni mamarrachadas. Teatro del grande, mexicano, para más señas. He de decir que en la función presenciada había un público selecto: muchos profesionales, volcados con esta joya del teatro contemporáneo realizado con cuatro elemento simples, pero basado todo en el teatro, sin artificios, creyendo en el poder de la teatralidad sin complejos ni sobreactuaciones. Claro, a lo mejor se puede decir que es también un obra cuya temática es la pareja. VIVA EL TEATRO. ¡Cómo me gusta esta obra, cabrones!