Críticas de espectáculos

‘El veneno del teatro’/Rodolf Sirera/Mario Gas

Un verdadero disfrute


Mario Gas ha recuperado ‘El veneno del teatro’, una pequeña pieza de Rodolf Sirera, estrenada en formato televisivo para Cataluña en 1978 y llevada al escenario del María Guerrero en 1983, por los enormes José María Rodero y Manuel Galiana dirigidos por Emilio Hernández. Digo pequeña pieza en cuanto a su duración (apenas una hora) pero grande en lo que se refiere a su potencia dramática.

Nos encontramos en París a finales del siglo XVIII, Gabriel de Beaumont es un famoso actor del momento, invitado por el Marqués, un aristócrata famoso por sus aficiones extravagantes, a visitarlo en su palacio. Una vez allí recibirá el encargo de interpretar una obra teatral sobre la muerte de Sócrates, escrita por el propio marqués. Pero pronto comprobará que en realidad se trata de  una trampa de éste para someterlo a un cruel experimento sobre realidad y representación.

José María Rodríguez Méndez firma una versión que nos acerca los personajes en el tiempo que el texto soporta bien. Un texto de buena arquitectura, sobrio y con profundidad, que nos habla del teatro, de la interpretación, de la vida, de las relaciones humanas y de la muerte, y que exige certera conducción e intensidad interpretativa. El espacio es utilizado en toda su dimensión, abriendo un abismo ante el espectador, una amplitud insondable que sin embargo resulta opresiva y agobiante, gracias al sobresaliente diseño de luces de Juan Cornejo y a la atmósfera que crea el espacio sonoro. Sí, se podría decir que ‘El veneno del teatro’ es un espectáculo de atmósfera. No sólo por la iluminación, el sonido o la escenografía minimalista, sino por el tono que lo empapa, por el pulso del ritmo que lo conduce, por esa corriente que recorre la puesta en escena y que casi se puede tocar con las manos desde el patio de butacas. El mobiliario escénico se limita a tres elementos (un sillón con ruedas, una camarera y una banqueta estilo Luis XV) pero en ningún momento el espacio parece vacío, lo llena la fuerza de la ficción teatral, el poderío del trabajo de dos actores en estado de gracia. Miguel Ángel Solá muestra de manera sobresaliente un Marqués cínico, malvado, enfermizo y demoledor. Daniel Freire dibuja con brillantez el crescendo de desesperación de su personaje hasta alcanzar la angustiosa representación final.

Un verdadero disfrute.

 

Joaquín Melguizo

Publicado en Heraldo de Aragón 10 de noviembre de 2013

 

Obra: EL VENENO DEL TEATRO

Autor: Rodolf Sirera.

Produce: Concha Bustos Producciones/Teatros del Canal/Clece/Maji.

Intérpretes: Miguel Ángel Solá y Daniel Freire.

Escenografía: Paco Azorin.

Vestuario: Antonio Belart.

Iluminación: Juan Cornejo.

Espacio sonoro: Orestes Gas.

Dirección: Mario Gas.

Teatro Principal de Zaragoza

8 de noviembre de 2013.


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