Incendiaria en combustión

El viaje

Rescato una de las múltiples frases atractivas de «Sonho de uma noite de verao» de los portugueses Teatro Praga: «¿Por qué me entristece el destino si sé que es en vano?». Después de todo, lo importante no es el destino, lo importante es el viaje.

Cuando lo hay, te sientas ante el telón cerrado y nunca sabes el tipo de viaje que vas a emprender. Con «Sonho de uma noite de verao» de Teatro Praga sabes que te colocas ante una atrevida creación a partir de la obra homónima de Shakespeare y la semi-ópera barroca «The Fairy Queen» de Purcell pero no sabes cuál será el resultado. Sabes la ruta, pero no el viaje.

Con Teatro Praga te sientas además ante la expectativa de acercarte a uno de los colectivos de artistas lusos más interesantes por tratarse de una formación cambiante y con un trabajo sin director ni directora. Si además te sientas ante el telón cerrado del FÁCYL esperas que la mezcla de disciplinas, la experimentación y la libertad se conjuguen en la tarea nada evidente de mirar la contemporaneidad o, como señalan los propios Teatro Praga, de enfrentarse a las respuestas de la pregunta: ¿qué se hizo antes de nosotros?

Ante el telón cerrado suena entonces la música de una orquesta barroca en directo. El telón sube y comienza el juego, porque en «Sonho de uma noite de verao» todo es juego. Se juega la ficción, se juega la ópera y se juega con el espectador. Y mientras se juega, se critica o se reflexiona. Se juega la frivolidad pero se ironiza y se critica lo frívolo; se juega la imagen popular pero se explota la plasticidad de cada elemento; se juega a lo televisivo pero se hace teatro a gran pantalla; se juega a construir una historia pero se practica la ruptura y la deconstrucción. Y durante toda esa práctica lúdica se aborda la cuestión del poder, se desmitifica el amor, se busca la felicidad y se subraya el hecho teatral.

En su «Sonho de uma noite de verao», Teatro Praga toma la sala verde de los actores para convertirla en un espacio destinado a la grabación en directo de una seudo-noche de verano onírica y cambiante donde los tics de telenovela, las hipérboles y las excentricidades se mezclan en un trabajo actoral que pone de manifiesto la calidad de los actores y sus múltiples registros. Se construye una revisión del «Sonho de uma noite de verao» pero se trufa de instalaciones de artistas plásticos, de las composiciones de Purcell y expresiones metateatrales en un mosaico de situaciones que se mueven entre lo kitsch y lo psicodélico.

El poder y su estética son el punto de arranque de este singular viaje al interior de un sueño que encabezan Cláudia Jardim, André E. Teodosio, Patrícia Da Silva, Pedro Penim e Jose Maria Vieira Mendes y que cuenta con más de treinta personas en escena. Nada fácil, pero posible. Un buen viaje.


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