‘El vientre del mar’ Baricco / Embocadura: Un actor es suficiente
Un buen número de espectadores se dieron cita el pasado miércoles en el Teatro Arbolé para asistir al estreno de “El vientre del mar”, la última producción de Embocadura, que cuenta con la dirección de Luis Merchán y con Mariano Anós como único intérprete. El espectáculo parte de la novela de Alessandro Baricco “Océano mar” en la que narra la historia de la fragata francesa “La Medusa” (“Alliance” en la obra de Baricco) que naufragó en 1816 frente a las costas de Senegal.
Casi 150 hombres fueron abandonados a su suerte sobre una enorme balsa (las autoridades y los pasajeros de alta alcurnia ocuparon los botes salvavidas), navegaron días y días a la deriva, recurrieron al canibalismo y al final, sólo quince lograron sobrevivir. Entre ellos Savignì (el médico de a bordo) y Tomà (un marinero de la fragata), los dos personajes de la historia que ha construido la dramaturgia de Luis Merchán y Mariano Anós.
La propuesta de Embocadura persigue ofrecer un espectáculo en el que se integra el teatro de texto y las artes visuales. Y si bien es cierto que el trabajo dramatúrgico compone un conjunto coherente, de innegable belleza literaria y profundidad poética (la escena también es o debería ser poesía, aunque a menudo se olvide), en el que se suceden el relato de Savignì y el relato del marinero, ofreciendo dos perspectivas, dos lecturas distintas del mismo acontecimiento, su traducción al lenguaje escénico no ofrece toda la intensidad emocional y lírica que se vislumbra en el texto de Baricco. La presencia en escena de lo que se supone son artes visuales (imágenes pregrabadas combinadas con cámaras en directo) apenas aporta algo a que esto sea así, contribuyendo muy poco al desarrollo de la historia, casi nada a acrecentar la tensión dramática y absolutamente nada a reforzar el trabajo interpretativo. La única presencia del actor sobre la escena hubiera sido más que suficiente para que el espectáculo ganase en intensidad y en hondura. (Así el espectador no hubiese consumido energías intentando adivinar qué es eso que se proyecta sobre la pequeña tarima de madera colocada conservando la horizontalidad del suelo).
Sobria gestualidad, dominio del ritmo y sobre todo un verbo claro, preciso, luminoso, pleno de sentido, que transmite y conecta con la sala. Esto, que debería resultar una obviedad (que un actor hable bien es escena) es cada vez más una excepcionalidad en nuestros escenarios. Y Mariano Anós no sólo habla bien, está bien, tiene presencia escénica. Prescindan de lo visual, y podrán ver un buen espectáculo.
Obra: El vientre del mar Autor: Alessandro Baricco. Dramaturgia: Luis Merchán y Mariano Anós Compañía: Embocadura. Intérprete: Mariano Anós. Escenografía: Pepe Melero. Iluminación: Javier Romeo. Vestuario: Marie Laure Bénard Dirección: Luis Merchán. Teatro Arbolé (Zaragoza) 17 de junio de 2009
Joaquín Melguizo Canal
Publicado en Heraldo de Aragón, 19 de junio de2009