Entre la forma y el estilo
Teatro en serio. Teatro con ambición estética, formal, de estilo. Teatro de riesgo porque se acerca a un clásico del tamaño de “Madre Coraje y sus hijos” de Brecht y lo hace con incursiones tanto formales como de contenido que contextualiza la peripecia de Ana Fierling en las guerras, en los conflictos, en las violencias actuales, dotándole de un punto de vista mucho más actual, adquiriendo otro valor más identificable.
Y lo hace su adaptadora y directora, María Goiricelaya, con un decisión paradigmática: no hay carreta, quita ese icono tradicional de la protagonista arrastrándola y el viaje se hace a lomos de sus propios lomos, de su cuerpo y el de sus hijos como escaparate de sus mercancías y acompañados los actores por un espacio escénico realmente significante diseñado por José Luis Raymond que cobra cuerpo y forma gracias a una delicada iluminación de David Alkorta, lo que dota a la propuesta de una metáfora refundada más allá de ese desplazamiento tradicional.
Propuesta coral. Sigue girando sobre la Madre, pero en el desarrollo de todas las escenas su presencia es compartida de manera constante para que esas incursiones de todo el elenco colocado frontalmente frente al público cantando, lanzando datos, cambiando la pragmática brechtiana por un lenguaje más actual, ayude a contemporaneizar todos sus mensajes. No caben las discusiones fundamentalistas, ya que estamos ante un acto de teatro contemporáneo en una interpretación más cercana a nuestras inquietudes actuales, contadas de manera activa, a partir de una obra.
Sobre todo porque queda mucho Brecht, se dicen sus textos, aunque sea de manera irregular, no hay una idea general de interpretación y de prosodia mantenida en el tiempo, las diferencias de calidad actoral abundan en lo que llamo diglosia escénica, asunto que siempre crea disfunciones y valora a personajes secundarios que toman una relevancia por la calidad interpretativa de quien lo encarna creando contradicciones con lo que significa originalmente en la trama.
Cuando la dirección retoma la idea aglutinadora, la colectiva, la de la voz de un grupo humano, de un magma escénico que se expande entre lo contado y lo expuesto hacia los públicos, se vuelve a su importancia sustancial, vuela, alcanza su punto sublime porque la dirección de Goiricelaya es de buen pulso y calidad exquisita.
Carlos Gil Zamora
Obra: Madre Coraje – Autor: Bertolt Brecht – Adaptación y dirección: María Goiricelaya – Intérpretes: Ione Irazabal, Itziar Lazkano, Ane Pikaza, Eneko Sagardoy, Mikel Losada, Miren Gaztañaga, Iñaki Urrutia, Gabriel Ocina, Alfonso Díez, Idoia Merodio, Aitor Borobia, Adrián García de los Ojos, Mikel Martínez – Espacio escénico: José Luis Raymond – Vestuario: Betitxe Saitua – Iluminación: David Alkorta – Producción: Teatro Arriaga – Victoria Eugenia Antzokia (Donostia) 15-03-21 – dFERIA