Ese huevito quiere sal
Por estas latitudes usamos esta expresión cuando es evidente el hecho de que alguien desea que algo en lo cual estará involucrada, suceda.
Ya están archi estudiadas las actitudes y poses corporales en lo que a comunicación se refiere; cruzarse de brazos frente a un interlocutor puede ser interpretado como sinónimo inequívoco de mentira o rechazo y por el contrario, el mirarlo directamente a los ojos mientras se hace una afirmación, se puede entender como un gesto de sinceridad, eso claro está, si no se pestañea demasiado.
Por eso cuando rumbo al trabajo vi a esa pareja, seguramente compañeros de oficina, acercarse y a ella ordenarse o desordenarse el pelo mientras lo miraba fijamente esbozando una sonrisa, la señal me pareció evidente; ese huevito quería sal.
Muchas veces en el discurso, no necesariamente político, el gesto se contrapone al verbo y la confusión generada entorpece e incluso anula, cualquier intento de comunicación efectiva.
No me cabe la menor duda que para algunos escogidos, los menos, el arte de la oratoria les es innato pero para la mayoría de nosotros, unos simples mortales, es algo que se debe practicar en pos de un mejoramiento continuo. No como una forma de engañar, sino como la manera más eficiente de hacer conocer nuestro pensamiento, el cual por defecto asumo positivamente bien intencionado.
¿Cuantas veces no hemos sentido un cierto grado de frustración por el hecho de no haber sido capaces de hacernos entender de buena manera, de no haber podido establecer una comunicación efectiva?
La herramienta está ahí, solo debemos perfeccionar nuestra manera de usarla.
Si bien al nacer, instintivamente tenemos un manejo básico de la gestualidad como para comunicarnos, no es si no con el tiempo que algunos la van puliendo mientras la mayoría la va dejando estar e incluso deteriorando.
Un grito amenazante acompañado de una sonrisa solo puede provocar confusión.
Políticos y actores son sin duda los mayores cultores de este verdadero arte en que la gestualidad apoya y refuerza lo expresado verbalmente.
Los dos son capaces no solo de convencer sino que de seducir y hasta hipnotizar a una audiencia para lograr sus objetivos, ya sea artísticos u otros.
Cuando me refiero a una audiencia no necesariamente se trata de una multitud de miles poniendo atención al solitario expositor, este maravilloso acto de verdadera comunión también se puede dar en el espacio íntimo generado por 2 personas.
Toda especie viviente tiene la capacidad de comunicarse, desde una bacteria con recursos electro químicos a los mamíferos de los cuales formamos parte, con todo un complejo arsenal de recursos, pero los humanos somos los únicos capaces de analizar las variables que intervienen en este proceso comunicativo y al entenderlas de buena manera, sacarles el mayor provecho posible.
Cuando ella se peinó/despeinó, de inmediato me di cuenta que era muy probable que ese huevito hubiese querido sal.
Si dentro de algunos días los vuelvo a ver pero esta vez tomados de la mano, podré afirmar categóricamente que ese huevito obtuvo su sal.