Ese «otro teatro» que también existe en Úbeda
De manera paralela a una programación teatral de Otoño de calidad, que el área de Cultura del Ayuntamiento de Úbeda, programa por vigésimo año, superándose en cada ocasión, ese «otro teatro» que hay en Úbeda, obtiene este mes de Octubre dos reconocimientos importantes a nivel Nacional. Es paradójico que sea desde fuera desde donde llega ese reconocimiento. Me refiero a la Escuela Municipal de Teatro «Ricardo Iniesta» de Úbeda que, desde hace tres años, es un centro educativo comprometido con la normalización a través del Arte.
En abril de 2012 el Grupo de Personas con Discapacidad paría un montaje original, tierno y divertido sobre «El Principito» que se ha convertido por méritos propios en el referente de todo el alumnado de nuestra Escuela. Poco se habla de este proyecto en los medios locales y provinciales, casi nada, pero sin embargo fuera ya se habla de este proyecto y este mes de Octubre recogerán sendos reconocimientos.
Un mes de Octubre de locura para un colectivo de personas que han encontrado en el teatro otra forma de ser felices. Primero estarán el 7 de Octubre en Vigo, participando como finalistas y optando a un primer o segundo premio, en el Festival IGUALARTE. Sin duda un reconocimiento que sitúa a la Escuela Municipal de Teatro «Ricardo Iniesta» de Úbeda en el lugar que le corresponde, por la labor de integración tan importante que está haciendo en la ciudad de Úbeda.
El segundo reconocimiento llegará el 17 de Octubre , de la mano de la Muestra Internacional de Teatro de Investigación (MITIN) en la Sala TNT de Sevilla. Esta función será muy emotiva porque justo un año después volverán a estar en TNT inaugurando un evento de prestigio internacional.
Sin duda, esta Escuela se ha convertido en poco menos que un año, después de muchos años de trabajo de hormiguita, en un referente en cuanto al Teatro Social, ese teatro tan necesario en épocas de globalización.
La Escuela Municipal de Teatro «Ricardo Iniesta» de Úbeda empieza a ser conocida a nivel nacional, sólo falta que en casa se protega y se ponga en el lugar que le corresponde. Si la ciudad se siente orgullosa de el teatro que se programa también debería sentirse orgullosa de ese «otro» teatro que parece invisible.