‘Estado vegetal’ de Manuela Infante pone fin al antropocentrismo en el teatro
‘Estado vegetal’, escrito y dirigido por Manuela Infante e interpretado por Marcela Salinas, es un original monólogo que redefine la relación entre el ser humano y el reino vegetal. La dramaturga sigue así en búsqueda de nuevas realidades escénicas que presentan una ruptura con el lenguaje teatral convencional. La pieza se podrá ver del 31 de mayo al 2 junio en la Sala Margarita Xirgu del Teatro Español de Madrid.
La dramaturga chilena Manuela Infante propone una nueva forma de pensar a través de ‘Estado vegetal’: un monólogo polifónico, ramificado, exuberante, reiterativo, divisible y sésil. La protagonista, Marcela Salinas -que es una mujer, no como individuo, sino como una multitud- reflexiona sobre la otredad «no solo pensando en la inclusión, sino en cómo aprendo a ser como los demás».
En su trabajo más reciente, Manuela Infante viene experimentando con obras como ‘Multicancha’, ‘Zoo’, ‘Realismo’, en búsqueda de nuevas realidades escénicas que presentan una ruptura con el lenguaje teatral convencional, y despojan a la persona de su posición privilegiada en la escena.
‘Estado vegetal’ es una propuesta novedosa y rupturista, en tanto que pone fin al antropocentrismo en el teatro: la experiencia humana ya no será el eje referencial en la narración.
Apoyándose en el pensamiento revolucionario de filósofos de las plantas como Michael Marder y neurobiólogos vegetales como Stefano Mancuso, este monólogo se convierte en una búsqueda filosófica que empieza con un accidente automovilístico: un joven que iba en moto se queda en estado vegetal al chocar con un árbol.
Con esto Manuela Infante busca redefinir la relación entre el ser humano y las plantas, a la vez que propone una reflexión sobre nuestras propias nociones de lo que es pensar, sentir, estar, comunicarse, ser consciente.
‘Estado vegetal’ –en palabras de la autora- «No es una obra sobre plantas; es un ejercicio para ver qué cosas del mundo vegetal nos pueden ayudar a repensar el teatro y el lugar de la actuación».
Esta producción de Fundación Teatro a Mil está sujeta a JOBO, Joven Bono Cultural, para jóvenes entre 16 y 26 años.