Azul es una apuesta escénica por construir un lenguaje visual de las emociones que presenta Alcachofa virtual, con dirección e interpretación de de Javiera Gazituque se estrenará en el Institut Sant Jossep de Calassanç de Barcelona los próximos 28 y 29 de mayo.
Javiera Gazitua nos presenta una obra íntima, un largo trabajo de reflexión para llegar a un proceso de búsqueda interior. La idea «nace de una sensación primaria», según su creadora, ante la majestuosidad de un glaciar en la montaña, un hallazgo después de un largo camino de búsqueda.
En adelante y en solitario Javiera emprende su propio recorrido para crear un lenguaje visual y escénico capaz de concretar algunas de las sensaciones propias del individuo, como el proceso de búsqueda, de perdida y de soledad. La historia brilla por su simpleza y fuerza evocadora. Amanda despierta tras de haber pasado 40 años congelada y al hacerlo se da cuenta que ha perdido su corazón. En su búsqueda atraviesa el hielo, el mar, el mundo de los recuerdos y de las sombras. Ante su íntima reflexión, en lugar de creer poder vivir sin él o fingir que no lo ha perdido, opta por el fuerte deseo de extrañarlo. La añoranza, madre de las emociones, le permite a Amanda reencontrarse con su corazón. Para su puesta en escena Gazitua concilia el trabajo de luces y sombras con el lenguaje gestual. Más allá del guión, es la impresión que provoca la artesanal disposición del espacio escénico lo que permite transmitir las emociones del proceso de búsqueda de Amanda. Para su creadora, dicho espacio se plantea «con la misma fuerza e importancia que los otros elementos del montaje como un facilitador de la imaginación y de los mundos que Amanda va visitando». Se trata de un espacio blanco, como un papel que ha de ser dibujado, un ciclorama de fondo del mismo color con capacidad de cambiar y de transformarse en colores, objetos y símbolos oníricos. Un trabajo que se propone aportar un grano de arena en la tarea de construir una dramaturgia visual.
