La actriz Charo López vuelve el próximo 14 de marzo a los escenarios, esta vez al Teatro Liceo de Salamanca, con la adaptación teatral de ‘Los puentes de Madison’, de Robert James Waller, bajo la dirección de Miguel Narros, con quien López debutó en el Teatro Español hace años. La obra, adaptada para la escena por Josep Costa, llegará a Madrid en septiembre del año 2003. Coproducido por Salamanca 2002, el montaje no es, según dijo ayer Charo López en Madrid, una versión al estilo de Meryl Streep y Clint Eastwood (quienes la llevaron con gran éxito al cine). «Sería inútil intentar ser cualquiera de ellos. Tenemos que recurrir a nuestra propia vida aunque la comparación, en principio, será inevitable», reconoció.
Para la actriz salmantina, trabajar con Miguel Narros (a quien convenció para hacerse cargo de la dirección de la obra) es «un regalo actoral» que le da seguridad. «Estoy trabajando en estado de gracia y disfruto un montón», confesó.
Este montaje de ‘Los puentes de Madison’ fue inicialmente una adaptación sobre la película, pero posteriormente Miguel Narros incorporó cosas de la novela, una historia que ocurre en una cocina y en el corazón de los protagonistas. Para el director de escena, la novela es tan fiel como el film pero las limitaciones del teatro hacen que la historia se centre en los dos protagonistas. El actor Manuel de Blas comparte escena en esta ocasión junto a Charo López.
Para López la industria del cine exige un final más feliz, pero el teatro, al ser más minoritario, es más honesto. «Se trata de una cuestión ideológica pero en teatro es más fácil adaptar cosas tristes», explicó.
La actriz señaló que tener éxito en el cine es «como que te toque la lotería, resulta muy difícil porque nuestra industria es muy pequeña». Reconoció que existen «casos magnéticos» como el de Penélope Cruz o Antonio Banderas, pero que es muy difícil hacerlo con continuidad.
Asimismo manifestó sentirse «incómoda» con la imagen que se ha proyectado sobre ella. «Me cuesta mucho salir de ese estereotipo que tiene poco que ver conmigo: tan segura, armada y fuerte. Yo soy apasionada, emotiva y llorona», dijo. «Este personaje de ‘Los puentes de Madison’ tiene más que ver con mi forma de ser, es de carne y hueso y eso me gusta mucho. Es el amor a los 60 y no se trata sólo de una pulsión sexual, sino que los protagonistas tienen en común muchas cosas. Es un verdadero reto porque en teatro o enamoras al público o no tienes nada que hacer», añadió.
Para Miguel Narros, quien confesó la dificultad de abordar un proyecto como éste después de hacer Chéjov y Miller, ‘Los puentes de Madison’ es la historia de dos antihéroes del amor, en donde hay una filosofía soterrada que cambiará sus vidas. El veterano director teatral señaló que en Madrid se ha perdido un poco la afición por el teatro y denunció la ausencia de una política teatral.
Por su parte, el actor coprotagonista en la obra, Manuel de Blas, se refirió a la posibilidad que ofrece la escena frente al cine de seleccionar más y de acercarte a la realidad. Bromeó respecto a su comparación con Eatwood de quien dijo que no ha hecho mucho teatro pero a quien gana, sin embargo, porque él sí ha hecho mucho «spaguetti western».
Por último Charo López mostró su ilusión por compartir las giras y su trabajo actoral con otros compañeros tras su actuación reciente en el monólogo ‘Tengamos el sexo en paz’, con el que disfrutó mucho pero que significó para ella un trabajo «muy en solitario».
