Se presenta en el Teatro Fígaro de Madrid el estreno de la obra ‘Madrugada de cobardes’, escrita por José Canabach, en la que el actor Juan Carlos Nayas da vida a un ladrón que queda atrapado en el interior de la cámara acorazada de un banco junto a un guardia de seguridad, al que da vida Ángel Solo. Este texto, que estará aproximadamente en Madrid durante un mes y luego comenzará una gira por toda España con fechas aún por concretar, pretende mostrar «un estado de la sociedad actual, en la que se guardan muchos secretos», explicó el director de la pieza.
Una simulación perfecta del interior de una cámara de seguridad, acoge durante el transcurso de una noche los diálogos de los personajes encerrados y se convierte en el «tercer personaje», según Canabach, de una trama en la que los secretos «no se guardan, sino que se esconden».
La sociedad va quedando al desnudo ante ellos, mientras ambos esconden las verdaderas intenciones que les han hecho bajar a la caja esa noche. El ladrón se resiste a desvelar qué busca entre las cajas y el guardia oculta cómo ha descubierto que se estaba cometiendo un robo.
«Cada caja que se abre levanta expectativas en un personaje y otro, lo que hace que en todo momento no haya buenos y malos, simplemente dos cobardes que cambian de actitud en cada momento», destacó Navas.
El veterano actor, que durante varias años trabajó para el Teatro Español, además de haber colaborado con Televisión Española (‘Cien mil libras’ de Wilde) o en la Expo de Sevilla (‘La Truhana’ junto a Concha Velasco), reconoció que el hecho de «hacer una obra seria, alejado de la comedia y de un director actual» le hace sentirse «más cómodo».
En la misma línea se expresó Solo, para quien supuso «un reto» afrontar una interpretación «en la que sólo aparecen dos personajes y encima a tiempo real». La posibilidad de poder expresar a través de ellos «tus ideas y emociones», como apuntó Navas, se convierte aquí en «algo peligroso», ya que «la mayor parte del tiempo son cobardes y tú tienes algo de ellos».
Esta obra supone el regreso a las tablas de Canabach, quien durante siete años abandonó su compañía amateur para filmar documentales para National Geographic. Ahora, tras haber visitado «una cantidad increíbles de cámaras acorazadas», regresa con la oportunidad de contar con un actor en el reparto «al que iba a ver sobre el escenario cuando hacía pellas con los amigos», concluyó.
