Se estrena hoy en el Festival de Teatro Clásico de Mérida, ‘Odiseo y Penélope’, una obra escrita e interpretada por Mario Vargas Llosa que se presenta junto a la actriz Aitana Sánchez Gijón con dirección de Joan Ollé. «Subirme a un escenario es lo más temerario que he hecho en mi vida», asegura el escritor peruano Mario Vargas Llosa, que hoy estrena en el Festival de Teatro Clásico de Mérida su propia obra ‘Odiseo y Penélope’, junto a Aitana Sánchez-Gijón.
En una entrevista a Europa Press, el autor de «La fiesta del chivo» reconoce que el haber dado clases y discursos no ha sido una buena escuela, ya que a su juicio es infinitamente más difícil subirse a un escenario a interpretar un personaje, «mudarse en un personaje distinto, vivir la vida en la ficción».
«El teatro es como la vida, lo que ocurre ahí ocurre una vez y es para siempre, uno no puede volver la página y repetirla. Eso le da al teatro una vitalidad extraordinaria», opinó.
Además, la majestuosidad del Teatro de Mérida impresionó al autor. «Es muy grande, había visto fotos, un documental, pero verlo en vivo es muy impresionante, estar ahí, con la antigüedad, las piedras, estar bajo las estrellas le da un encanto especial, muy bello», afirmó.
El texto que interpretará en ese escenario son las aventuras de Odiseo, nombre griego del Ulises romano, un personaje «que vence todas las pruebas, incluso las más arriesgadas y que en el curso de ese larguísimo viaje que dura 10 años, de alguna manera, va revelando las infinitas posibilidades de la vida, no sólo la vida objetiva del cuerpo, de los ángeles».
Para el escritor peruano, «el mundo de Odiseo está lleno de cosas sobrenaturales, mitológicas, pero está muy asentado sobre la tierra. Uno reconoce experiencias que compartes, esa complejidad y diversidad de las aventuras de Odiseo es uno de los grandes encantos del poema».
Además recordó que el ser humano tiene necesidades que han seguido patentes tras el paso de los siglos como «el deseo de vivir más allá de los límites». «Y es que nosotros tenemos una vida con unas limitaciones muy claras y al mismo tiempo estamos dotados de deseo e imaginación y nos induce a querer vivir más de lo que podemos vivir. Por eso es el motivo por el que personajes como Odiseo nos han fascinado y marcado tan profundamente la tradición cultural. La literatura desde los principios están marcados por estos personajes fabulosos», puntualizó el autor.
Se trata, dijo, de una historia de amor extraordinaria que sobrevive a 20 años de distancia, de alejamiento y al mismo tiempo de realismo. El protagonista «tiene deseos, seduce y se deja seducir y sin embargo en el fondo de todo ello hay una gran fidelidad a un gran amor aunque sea subjetivamente y se frustran por su fidelidad a Penélope», asegura Vargas Llosa.
En lo personal, destacó su relación con Aitana Sánchez Gijón como magnífica. «Además de ser una actriz inteligente, culta y con un gran amor a la literatura, aporta muchísimo con sus comentarios a la elaboración del propio texto. Ha sido una relación muy valiosa por los aportes, y por otra parte, es una actriz con muchas tablas, para mí, novato en estos quehaceres, me da mucha seguridad».
Vargas Llosa tiene por el momento varios proyectos todavía en carpeta que se están fraguando, aunque no descarta continuar realizando diferentes incursiones en el teatro. «El gusanito está ahí, veremos qué pasa en Mérida», aseguró el escritor dejando en el aire esa posibilidad.
