La actriz y cantante Ana Belén estrena en Santander los días 13 y 14 de febrero esta obra basada en un texto de Gabriel García Márquez, que recalará a continuación en el Teatro Arriaga de Bilbao. La representación está protagonizada por una mujer que revive la historia de una relación de pareja en el Caribe de 1978. La popular actriz y cantante Ana Belén es la protagonista de Diatriba de amor contra un hombre sentado, espectáculo realizado a partir de la obra del escritor Gabriel García Márquez. El espectáculo que cuenta con la participación del actor Josu Ormaeche y la dirección de José Carlos Plaza, se estrenará los día 13 y 14 de Febrero en el Palacio de Festivales de Cantabria, recalará el 15 y el 16 en el Teatro Arriaga de Bilbao y continuará la gira por Jerez de la Frontera, Málaga y Alicante.
El monólogo que la protagonista dedica a su marido se desarrolla en el mismo momento en el que el matrimonio se desmorona, como cualquier vajilla, pieza a pieza, lenta e inexorablemente. Como Jean Paul Sartre sentenció en ‘A puerta cerrada’ que “el infierno son los otros”, García Márquez actualiza ese comentario con el primer parlamento de su personaje al afirmar que “¡Nada se parece tanto al infierno como un matrimonio feliz!”.
Esta producción está basada en el trabajo de una intérprete que expone ”el mundo interior de esta mujer que se nos muestra exterior, compuesta y artificial, mientras va mostrando ante nuestros ojos un ser humano lleno de posibilidades perdidas, de emociones enclaustradas, ya encalladas pero que un día fueron lozanas”, según afirma el director del espectáculo José Carlos Plaza.
Desde su inicio, el espectáculo surge desde el trasfondo de una rabia inconsolable. La protagonista revela cómo los enamorados han soportado la pobreza inicial y el bienestar de hoy, las infidelidades y los celos, la preñez prematura, los cuatro doctorados de la mujer, la juventud audaz y el presente acomodado. Como sostiene Plaza, la representación refleja “la rabia, el encono, la desesperanza de esta diatriba envuelta en el recuerdo, la sensualidad, la pasión y el reproche de amor contra la apatía, la indiferencia y el desconocimiento del mundo femenino de un hombre que permanece permanentemente sentado”.
Esta mujer mayor que aún sigue siendo joven, rica pero vulgar, que fue pobre pero exquisita y seca pero llena de poesía y sentido del humor, es capaz de ir y venir en sus recuerdos vívidos y manipularlos desde una esperpéntica realidad. Su cantaleta recuerda que sólo ha amado al hombre reclinado en su sofá de apariencia inglesa, quien lee, o finge leer, el periódico que da cuenta de la celebración inminente de sus bodas de plata matrimoniales, en la madrugada de la víspera de la conmemoración.
El director de Diatriba de amor contra un hombre sentado asegura que “el espacio creado por Gerardo Vera nos muestra el dormitorio de un matrimonio de clase dominante, un tres de agosto de 1978”, aunque añade que “el verdadero espacio escénico es el alma de Graciela, alma revuelta, apasionada, inculta, divertida, dolorida y brutal. Ayer y hoy; realidad y fantasía”. El mundo de riquezas y de poder real que se muestra sobre el escenario “sirve” –según Plaza– “de base a esta explosión de emociones”, quien añade además que ese mundo es “el de antes, el del comienzo, del paso del tiempo deformando espacios, colores y formas, difuminando y enfocando según el momento en que se recuerda”.
