La coreógrafa e intérprete estrena en el Teatro Arriaga, junto a Garazi López de Armentia, Yolanda Bustillo y Carla Sevilla
La coreógrafa e intérprete bilbaína Eva Guerrero estrena ‘Tierra de Nadie’ el 23 de noviembre en el Teatro Arriaga de Bilbao. Guerrero dirige y baila en escena junto a Garazi López de Armentia, dúo acompañado por la música y la voz en directo de Yolanda Bustillo y Carla Sevilla. Cuatro intérpretes femeninas para una pieza de danza, voz y música que nos acerca a la naturaleza – la interior y exterior-, mediante atmósferas poéticas, cuerpos extraños, sonidos evocadores y mujeres que también son animales.
Una tierra de nadie es un territorio que no pertenece a ningún país o persona. Partiendo de esta idea, Eva Guerrero y su equipo plantean el espacio que hay entre un cuerpo y otro como un lugar que no es ni tuyo ni mío, pero a la vez nos pertenece. Las cuatro intérpretes nos invitan a una exploración a ese lugar, que es un mundo onírico, pero que está hecho de cosas reales; una incursión escénica a un no-lugar, influenciado por las profundidades del océano, la naturaleza que nos rodea y la que nos habita dentro, como metáfora del viaje hacia la profundidad de una misma.
“En todos mis trabajos me gusta generar emociones, crear un viaje emocional donde el público se vea introducido, y que al finalizar la obra y se vayan a sus casas, de repente piensen en lo que han visto y sentido. Quiero moverles algo por dentro -explica Guerrero a Artez-. Tierra de Nadie plantea un lugar extraño y creo que esa extrañeza es algo que va a llegar al público, que les resulte un lugar conocido pero a la vez ajeno. Hay momentos que no son amables, porque hay cierta oscuridad, cierta pesadez o densidad y eso ayuda a provocar esa extrañeza de la que hablo, ese preguntarse ¿quiénes son? O ¿qué está pasando? Es algo totalmente premeditado, que en esta ocasión me interesa transitar. Jugamos con una energía que cuando parece que pueda explotar, se contiene”. Tierra de Nadie’ recoge el testigo de ‘Gorpuztu’ y ‘El fin de las cosas’. “Por un lado seguimos investigando en la poética de las imágenes apoyándonos de elementos naturales como troncos o ramas, y a la vez, seguimos con las atmósferas e imágenes extrañas que son ya una marca de la casa. En este trabajo me permito profundizar más en la fusión de movimiento y música en directo, tratando de componer algo con mucho más cuerpo y no tanta diferenciación de músicas por un lado y bailarinas por otro, sino cuatro intérpretes que intercambian lenguajes. A nivel de movimiento, trabajamos más desde otros lugares menos coreográficos, apoyándonos de la composición a partir de imágenes, y con conceptos como ausencia de un cuerpo en otro. Es un trabajo mucho más plástico que los anteriores”.
‘Tierra de Nadie’ habla de principios y finales, de las reglas no escritas, de márgenes y orillas, de encuentros y desencuentros. “Es resultado de una investigación en de los últimos 3-4 años, donde, entre otras muchas preguntas, la que más se ha repetido es ¿dónde acaba un cuerpo y dónde empieza el otro? Y desde ese lugar entre ha surgido todo lo demás. Además, en estos años hemos tenido la posibilidad de mezclar el movimiento con otros lenguajes como la fotografía, el vídeo, la instalación o el uso de objetos; y todo esto, más todo el material físico trabajado, ha generado un gran poso que se refleja en el espectáculo”.
