Eva La Yerbabuena inuagurá la 150 temporada del Teatro de la Zarzuela
Eva ‘La Yerbabuena’ inaugura mañana la emblemática 150 temporada del Teatro de la Zarzuela con dos coreografías muy diferentes entre sí, pero a la vez muy importantes en su trayectoria: ‘El Huso de la memoria’, estreno absoluto y ‘A cuatro voces’, estreno en Madrid. Acompañada por Luis Olmos, director del Teatro de la Zarzuela, la bailaora presentó ayer su primera estancia en el histórico teatro, que se prolongará hasta el 24 de septiembre y que supone para ella «un sueño». «Me siento como una niña que pide algo a los Reyes Magos», explicó.
«Son dos espectáculos muy diferentes estéticamente, pero muy importantes para mí», detalló Eva ‘La Yerbabuena’, quien no pudo contener la emoción y, con lágrimas en los ojos, dejó constancia de la carga de sentimientos que tiene para ella este estreno en el Teatro de la Zarzuela, en el que se presenta con un cartel publicitario que refleja la imagen de una mujer «muy lorquiana», realizado por Oscar Mariné y que la trae emotivos recuerdos.
‘El Huso de la memoria’, que podrá verse del 13 al 17 de septiembre, es un espectáculo «muy sencillo» en el que repasa sus recuerdos y deja constancia de «lo que a mí me ha marcado y me hace ser como soy», adelantó la bailaora, quien cuenta, una vez más, con la música de Paco Jarana y nueve bailarines en escena, entre ellos, el artista de danza contemporánea Patrick de Bana.
La coreografía muestra a una Eva Yerbabuena colorista. «Se me conoce por ser muy dramática pero en este espectáculo hay mucho color», el de una niña que creció en un pueblecito de Granada en contacto con la naturaleza, prosiguió Eva, quien admite: «soy de las que tiende al negro. No sé si es porque me siento más protegida para guardar mi intimidad, pero llegó el momento…»
En ‘El Huso de la Memoria’ ha incluido dos saetas porque en su infancia estuvieron muy presentes la Semana Santa y la Fe y no ha podido renunciar a la «soleá». «Me lo ha pedido Paco Jarana, y la voy a hacer por él. Si hay un baile que me ha hecho ser lo que soy, es la soleá», confiesa.
Del 20 al 24 de septiembre, presenta por primera vez en Madrid ‘A cuatro voces’, un montaje en blanco y negro con un toque de color que estrenó en la Bienal de Flamenco de Sevilla en 2004 y en el que repasa el legado de cuatro poetas imprescindibles del siglo XX: Federico García Lorca; Blas de Otero; Vicente Aleixandre y Miguel Hernández.
Eva Yerbabuena está contenta porque coincide en cartel en Madrid con Sara Baras y María Pagés. «Es lo mejor que le podía pasar al flamenco. No hay competencia, somos diferentes y afortunadamente hay público para todas», comenta la artista, ganadora de tres premios Max de las Artes Escénicas y que ha colaborado con una de las figuras más relevantes de la danza contemporánea, Pina Bausch.
Sin embargo, la Yerbabuena no cree que haya llegado a la «cima» del baile. «Me queda mucho por demostrar. Estoy casi a mitad de camino», opina la creadora de montajes como ‘Eva’ o ‘La voz del silencio’, que no oculta que sí que piensa en la retirada.
«No me quiero aferrar, porque llegará el día en que el cuerpo no me funcione, pero, hoy por hoy, lo más importante es mi hija, y no ha conseguido retirarme», comenta.
Pero mientras llega ese lejano día, su agenda incluye numerosos compromisos profesionales, como la Bienal de Sevilla, Barcelona y el festival Jacob’s Pillow en Estados Unidos, a los que hará frente con el peso de la responsabilidad de salir al escenario. «Lo peor es la transición de pisar la escena, pero cuando lo haces, no conozco mayor momento de libertad», concluye.