El Centre de Cultura Contemporània de Catalunya (CCCB) de Barcelona inuagura hoy la exposición ‘Lart del risc. Circ Contemporani català’, que se mantendrá hasta el 5 de marzo, en una muestra que recorre la historia del circo catalán desde los años 70 hasta nuestro días. Es una producción de KRTU (Departament de Cultura de la Generalitat). «Hacer algo así era impensable hace tres años», destacó ayer Jordi Minguet, alias Boni, presidente de la Associació de Professionals del Circ de Catalunya. «Esperemos que la exposición y su catálogo sirvan para que el circo vaya hacia adelante», añadió, tras mostrar su preocupación por la pérdida de talentos –«gente que se va a estudiar fuera y no vuelve»– y la falta de un circuito estable en Catalunya.
Ha costado hallar el material para trasladar la magia del circo contemporáneo al CCCB. La muestra se nutre principalmente de fotografías y audiovisuales. Objetos hay pocos. Entre ellos figuran unos zapatos de payasa de Pepa Plana, instrumentos para hacer enormes burbujas de Pep Bou y un autómata de Los excéntricos. «El circo como elemento cultural no se ha tenido en cuenta. En el archivo del Institut del Teatre hay muy poca cosa. La mayoría de las fotos y piezas las han cedido los propios intérpretes», explicó Joan Maria Minguet, comisario de la exposición junto a Jordi Jané. «Debería existir un archivo público que se ocupara de este material».
El catálogo de la muestra es un libro «con voluntad de tesis», afirmó. Es un valioso documento que, además de fotografías, incluye artículos de quienes vivieron en primera persona la eclosión del nuevo circo, como Jaume Mateu (alias Tortell Poltrona), Joan Font (de Comediants) y Manel Trias (fundador del Circ Cric). También cuenta con el análisis de expertos internacionales.
La renovación llegó al circo tras la larga dictadura de Franco, cuando los músicos y saltimbanquis tomaron alegremente la calle. La libertad permitió que germinaran nuevas estéticas. El circo contemporáneo buscó caminos no trillados a base de innovación, transgresión y riesgo. Contó para ello con el apoyo de intelectuales como Joan Brossa y J.V. Foix. Joan Miró, por ejemplo, contribuyó a crear unas marionetas inspiradas en su particular imaginario para dar origen a Mori el Merma!, de los Putxinel.lis Claca, montaje basado en Ubú, rey, de Alfred Jarry.
Nada frenaba en aquella época a los artistas, que suplían la falta de medios con dosis de imaginación y ganas. «Eran auténticos héroes», comentó Jordi Jané. «Las primeras mazas del Circ Cric fueron construidas por ellos», recordó.
La exposición, que deja patente la progresiva implicación de gente de otras artes, concluye con una mirada al presente, con proyecciones de Ga-gà, la última creación de Marta Carrasco, bailarina y coreógrafa, y Samaruck Samaruck Suck Suck, del compositor y pianista Carles Santos.
Como complemento, durante la exposición, los domingos el CCCB acogerá un taller de circo para niños de entre 6 y 12 años (11.30 horas), con monitores de la Escuela de Circo Rogelio Rivel. También habrá un seminario (del 14 al 15 de febrero) sobre la relación del circo con otras artes, con ponencias de figuras internacionales como David Larible y la trapecista Pilar Cervera Fura.
