A la edad de 52 años y debido a un ataque cardiaco, falleció ayer el director y dramaturgo Jordi Mesalles, una de las voces más críticas del teatro catalán y actualmente el profesor del Instiutut del Teatre de Barcelona preparaba un taller para la sede de Terrassa. Un ataque cardiaco acabó ayer con la vida de Jordi Mesalles (Barcelona, 1953) en su domicilio particular a la edad de 52 años, truncando así una carrera que en los últimos años se había vinculado especialmente al Teatre Lliure, donde el director de escena había presentado Després de l’assaig, según un telefilme de Ingmar Bergman; Sik-Sik i El barret de copa, de Eduardo de Filippo, y la que será ya su última obra, Mathilde, de Veronique Olmi, con Montse Guallar y Lluís Marco, según informa Helena Hevia en El Periódico.
Vincular el teatro al momento presente fue una de sus grandes inquietudes que muy pronto se vio reflejada en sus trabajos. Su debut como director fue El mal de joventut, de Bruckner, con su compañía Teatre de Trànsit, pero fue su segunda incursión, Els Beatles contra els Rollings Stones, la que le deparó una popularidad no buscada.
La obra escrita por Mesalles junto a Miquel Casamayor propició un rifirrafe con el Departament de Cultura de la Generalitat que se negaba a estrenar la obra en el Romea, entonces Centre Dramàtic, si no se eliminaban palabras supuestamente obscenas como menstruació, magrejar, cardar y clítoris. Mesalles denunció la censura en las páginas de EL PERIÓDICO y finalmente la obra se estrenó en su versión original.
Muy activo durante los años 80, cuando se dedicó a introducir en la cartelera a autores mayores como David Mamet, Milan Kundera y Thomas Bernhard, Mesalles estuvo vinculado a La Gàbia de Vic antes de crear El Teatre a la Deriva. Sus éxitos La Senyora de Sade, La força del costum, L’art de la comèdia y En la solitud dels camps de cotó, no mermaron su voz crítica frente a teatros institucionales como el TNC, para el que propugnaba con dureza, que «debería convertirse en un multicine».
