La actuación de Fangoria pondrá fin mañana al ciclo de conciertos y actuaciones que ha albergado este verano el Monasterio de San Jerónimo. Por el claustro del monasterio, gracias a la iniciativa del Ayuntamiento de Sevilla, han pasado artistas de la talla de Ute Lemper, Rickie Lee Jones, Marlango o las compañías Producciones Imperdible y Los Ulen, entre otros. Los de Fangoria aprovecharán su estancia en Sevilla para presentar los temas de su último y celebrado disco, Arquitectura efímera. Precisamente, con el éxito arrollador de su último trabajo, Alaska y Nacho Canut han demostrado la absoluta vigencia de sus propuestas. En el nuevo elepé, que ha visto la luz esta primavera, los de Fangoria confirman su capacidad de evolución sin renunciar a la impronta propia que les caracteriza. Históricos de la música española gracias a los grupos Kaka de Luxe, Alaska y los Pegamoides, y Alaska y Dinarama, Canut y su compañera han esquivado siempre la nostalgia de anclar su repertorio en los viejos temas y han mirado siempre al futuro con una curiosidad enormemente productiva que para sí querrían otros coetáneos. Formado oficialmente como Fangoria en 1989 tras las experiencias con las bandas anteriores, el grupo publica su primer disco con el nombre de Salto mortal. Su irrupción no fue entonces entendida por algunos, dado que sus artífices habían decidido apostar por combinar música electrónica y estribillos pop en un panorama nacional más proclive a fórmulas trilladas y enemigo de la experimentación.
Pero el tiempo dio la razón al dúo, y a finales de los 90 se han erigido en un fenómeno de masas, con una legión fiel de admiradores y un puñado de grandes canciones que venían a aclarar que el itinerario seguido por ellos era una ascensión coherente. El álbum Una temporada en el infierno, celebrado por la crítica como el mejor trabajo de la década en España, contenía temas memorables como Electricistas o Me odio cuando miento. Lo mismo ocurre con su siguiente producción, Naturaleza muerta, cuyo single No sé qué me das se hace con el número 2 en las listas de ventas y se convierte en un himno para parte de sus fans. En la actualidad, no sólo gozan de un éxito cada vez mayor: además, actúan como djs bajo los seudónimos de The Mexican Acid Queen y Calígula 2000.
