Fernando Arrabal gana el Premio Nacional de Literatura Dramática
El dramaturgo Fernando Arrabal ganó ayer el Premio Nacional de Literatura Dramática que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte español. El galardón le ha sido concedido por Carta de amor, un texto autobiográfico que interpreta María Jesús Valdés en un montaje de Juan Carlos Pérez de la Fuente, en el Centro Dramático Nacional. Arrabal se mostró ayer sorprendido por este «inesperado» premio, aunque tan contento que no paro de «dar saltos de alegría hasta el techo», dijo a Efe el escritor, nacido en Melilla en 1932. El autor de El cementerio de automóviles dedicó la distinción a la monja que le enseñó a leer y escribir y confirmó que el texto se estrenará en castellano el próximo verano en Nueva York. No será una experiencia nueva para Arrabal. Es el dramaturgo español vivo más representado del mundo.
Con su habitual sarcasmo, Arrabal dijo ayer que utilizará los más de 15.000 euros del premio a comprarse «una bicicleta nueva, mejor que la que tengo, y polvorones», bromeó el escritor en París, donde vive desde que se vio obligado a exiliarse durante el franquismo. ¿No añora su país? «Resido en el barrio español, un lugar que he bautizado como La Pequeña España. Hasta hay una tienda en la que me hacen la tortilla con patatas como me gusta. Por lo demás, mis amigos de San Sebastián me mandan chorizos y espárragos de los buenos».
Carta de amor fue escrito por Arrabal a finales de 1998 en Jerusalén; de hecho el texto es una larga misiva que el dramaturgo dirige a su madre, con motivo de su aniversario, tras muchos años de no verse. Aunque Arrabal utiliza un lenguaje poético, el contenido es amargo, duro, porque Arrabal hace llegar a su madre una duda que le angustia: saber si ella denunció a su padre, republicano, durante el franquismo. El padre fue condenado a muerte.
María Jesús Valdés es la única intérprete de la pieza, aunque por el texto planean también el hijo y la ausencia del padre, una familia rota por la guerra civil. Valdés, que se pasa todo el monólogo sentada en una silla rodeada de velas, da vida a una madre abandonada, destrozada anímicamente. Dado el carácter íntimo de la propuesta, el número de espectadores, que Pérez de la Fuente integra en la escenografía, no superan los 80 por función. En el Romea serán 77.
Para Calixto Bieito, director artístico del Romea, este texto es el «más redondo de Arrabal», apuntó Bieito, que definió al autor de El arquitecto y el emperador de Asiria como «un vanguardista del teatro español; un radical, sobre todo en sus inicios, que se ha convertido en un clásico».