Críticas de espectáculos

F.R.A.N.Z.P.E.T.E.R./Sergi Fäustino

A la antigua
Obra: F.R.A.N.Z.P.E.T.E.R.
Intérpretes: Sergi Fäustino, María Dolores Alda, Vicenç Prunés
Espacio escénico, guión y dirección Sergi Fäustino
La Fundición –Deustua- 26-02-06
¿Dónde ha quedado aquél artista que cara al público hacía morcillas de su propia sangre? Este Sergi Fäustino se nos presenta como un pulcro montador de escenas donde une el vídeo, la grabación de voz y el directo del piano y la soprano, para ofrecernos una suerte de confrontación de estilos y estéticas, con una inspiración común: el amor. Claro el amor de Schubert, romántico, encendido en los textos en donde la naturaleza es exaltada y llevada a los extremos del éxtasis, en donde la sublimación adquiere un valor estético, que puede acabar con el suicidio del que ha sido herido por la pasión y no correspondido en sus afanes amatorios.
Frente a ese concepto del amor otro más de hoy, pragmático, de grandes almacenes y que se simboliza con unos maniquíes de escaparte a los que el artista mueve, viste y desnuda. Un amor de usar y tirar, que debe gustar tanto a la madre del sujeto, como al propio sujeto, que lo relativiza todo, que adquiere unos valores paradójicos debido a unos textos grabados, escuchados, en donde alguien nos va narrando sus sensaciones cotidianas, sus adscripciones sensoriales más epidérmicas, que se enfrentan a las traducciones donde los arroyos nos sitúan en un ámbito nostálgico purificador.
Y sobre la escena dos proyectores, las traducciones de la propia cantante de los textos de los lieders, y el propio Fäustino haciendo un recordatorio a su anterior trabajo: se fríe un huevo y lo vemos por la cámara de vídeo. Aquí se acabó toda la conexión con el pasado. Lo que ahora vemos es algo a la antigua usanza, un trabajo muy cuidado, una sesión que puede verse en una sala alternativa o en el salón de un palacio. No hay contradicción, no hay pelea estética, al final todo proviene de lo mismo, del amor. ¿Y qué es el amor? Una pregunta que no puede tener respuesta y que no busca responderse, simplemente se colocan dos opciones solapadas, y el público se puede quedar con la figura predominante, la romántica, la del piano y la soprano, frente a la irreal, o más doméstica, la de los muñecos. Y Sergi Fäustino ejerciendo de demiurgo. El trabajo tiene estructura dramática, sentido y un toque de calidad burguesa que debe funcionar perfectamente.
Carlos GIL


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