Desde la faltriquera

Fuga hacia el Polo durante el verano

Calor. Calor sofocante en Avignon. Al entrar en el Claustro de los Celestinos, se ve el suelo cubierto de una espesa capa blanca. Parece nieve; es nieve, la del polo Sur, donde se sitúa Fugue de Samuel Achache. Llegan actores a la escena, vestidos con gruesos jerséis, anorak, guantes y otras prendas de invierno: una expedición en la Antártida se dirige a un refugio, situado en uno de los extremos del escenario, del que los espectadores ven su interior. Los contrastes se suceden en las relaciones que se producen en la escena, y entre esta y la percepción del público.

Fugue es una sucesión de situaciones cómicas, contadas con ternura y lirismo, que atrapan al espectador, por cinco actores que desarrollan los fundamentos de la fuga musical: voces / instrumentos independientes que se contraponen y forman un conjunto. Cada personaje tiene su mundo, realiza su tarea y posee unos trazos muy definidos, que al entrar en contacto entre sí provocan conflictos de naturaleza cómica. Los motivos cómicos se suceden sin aparente nexo de unión, sustentados en un débil hilo argumental (el amor) y sin llegar a proponer una historia.

La dramaturgia de base une por una amplia panoplia de relaciones posibles, que entran en conflicto, entre cuatro hombres y una mujer, en un ambiente tan inhóspito como absurdo. Se relacionan, hablan, discuten y, cuando faltan las palabras acuden a la música, cantada o tocada con diferentes instrumentos, porque Fugue es una entretenida comedia musical con actores-músicos, a los que se agregan otros dos músicos para dar mayor variedad musical.

Achache busca la comicidad con diálogos divertidos pero, sobre todo, esta nace de los diferentes planos en los que sitúa a cada personaje: unas veces, realizando acciones absurdas, como celebrar un pic-nic en la nieve, en medio del frío polar; otras derivan de la complejidad de movimientos en el reducido albergue; las más de ese choque de planos en los que se coloca cada personaje. En esta línea, el más divertido y el que produce más situaciones cómicas es un original voyeur, que llega a la estación polar, aterido de frío y que observa las actividades de los demás en complicidad con el público. Es decir, él rompe la cuarta pared, que queda levantada para los otros cuatro personajes, generando situaciones cómicas en ese juego dentro / fuera.

Entre las actividades del personaje-voyeur, protagoniza una acción muy divertida: desvestirse ante el público, porque quiere tomar un baño dentro del albergue; se despoja de la ropa hasta quedarse en calzoncillos y darse cuenta de que hay un público expectante. Busca una toalla para cubrirse pudorosamente, al tiempo que coge una cinta adhesiva que se pega al cuerpo fabricando una especie de slip, que le cubre sus partes. Vestido de esa guisa, ya se sumergirá en el baño ante el desconcierto de los espectadores.

Junto a la palabra cómica, la perplejidad ante el absurdo, la confrontación distorsionada de planos de actuación o la sucesión desconcertante de las distintas escenas, los actores desarrollan una amplia comicidad derivada de la gestualidad. Se percibe que esta surge de ejercicios de improvisación, durante el periodo de ensayos, porque cada actor desarrolla capacidades mímicas o corporales muy buscada en sus propios recursos cómicos. No se aprecia una técnica común e impuesta.

Con este puzle de recursos cómicos se construye un divertido espectáculo que, cuando empieza a decaer en alguna escena, se eleva mediante la música o el bel canto de los siete intérpretes. Fugue entretiene, divierte y, en muchos momentos, sorprende por el ingenio en el planteamiento de situaciones cómicas. Disperso temáticamente pero unido por esos hombres que pisan una espesa capa de nieve que recubre el hielo en el mayor rigor de la canícula veraniega y que buscan el calor del amor.

Fugue, texto y dirección de Samuel Achache. Dirección musical: Florent Hubert. Escenografía: Lisa Navarro y François Gauthier-Lafaye. Iluminación: Viara Stefanova y Maëi Fabre. Vestuario: Pauline Kieffer. Intérpretes: Samuel Achache, Vladislav Galard, Anne-Lise Heimburger, Florent Hubert, Léo-Antonin Lutinier y Thibault Perriard. Festival de Avignon, Claustro de los Celestinos, 15 de julio de 2015.


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