Rebel delirium

Garantía de calidad

Los montajes de Marta Buchaca (1979) y Davide Carnevali (1981) que estos días comparten cartelera en Barcelona (concretamente en el Espai Lliure y la Sala Beckett) no tienen nada que ver. Ni por la forma ni el contenido. Lo que sí tienen en común es que ambos autores han pasado por el Obrador Internacional de Dramaturgia en alguna edición y que han sido agrupados recientemente, junto a 5 dramaturgos europeos más, en un catálogo titulado «7 de golpe, siete autores con garantía de calidad» publicado por la Sala Beckett. En la columna «La casa de los autores» de hace algunas semanas hablábamos un poco de este librito. Esta semana hemos podido ver sus obras y sin lugar a dudas, tienen garantía de calidad.

En el caso de Buchaca se trata de la reposición de «Litus», la obra que estrenó la temporada pasada en la Flyhard, la sala donde todo el mundo dice que están pasando las cosas más interesantes de la escena off barcelonesa. Esta va a ser la temporada de las reposiciones, las compañías y los teatros van a tirar de los éxitos de la temporada pasada. Cojonudo, era difícil de entender el poco recorrido que tenían grandes montajes que habían conectado con el público.

El planteamiento de «Litus», e incluso el argumento, es muy parecido a una obra («We won’t shoot ourselves») de Víctor Sánchez Rodríguez (1985) que vimos hace poco en un teatro de un pub de Londres. Curiosamente, durante la temporada pasada, se estrenó la versión original («Nosaltres no ens matarem amb pistoles») en forma de ensayo abierto en el Lliure de Gràcia durante un par de días. Decíamos que el planteamiento es el mismo, cinco amigos que se reúnen en un piso tras la trágica muerte de un compañero suyo. Pero mientras que el «Litus» de Buchaca es un texto excelentemente bien escrito y con un ritmo perfecto, el otro hacía aguas durante muchos momentos. El texto de Sánchez Rodríguez también se repondrá esta temporada en la Sala Muntaner. Mientras veía la obra de Buchaca pensaba en lo bien que habría quedado este montaje en aquel pub de Islington. Tenemos grandísimos textos catalanes contemporáneos traducidos al inglés, aprovechémoslos.

El texto de Marta Buchaca es intrigante, sorprende, no deja que te aburras ni un solo momento. Toda la intriga viene por el contenido de unas cartas que Litus ha dejado a sus amigos antes suicidarse. Su hermano es el responsable de entregarlas. Es un recurso clásico eso de las cartas, pero no importa, quedas enganchado igualmente. Buchaca dice en una entrevista, «cuando creces y estás a la treintena tienes que tomar decisiones y es una putada». La pieza es un retrato generacional muy bien conseguido.

La obra de Davide Carnevali de nombre imposible «Variaciones sobre el modelo de Kraeplin (o el campo semántico de los conejos a la cazuela)» es totalmente distinta. El protagonista, interpretado por un inmenso Artur Trias, sufre alzheimer o demencia senil y le acompaña su hijo y el médico. Los temas que se abordan hablan de la memoria, de la pérdida de la memoria, de la identidad, del siglo XX europeo. No me sorprende, el autor es un joven italiano que vive entre Barcelona, Buenos Aires y Berlín. El montaje es un pastiche de escenas. La enfermedad del protagonista y sus miedos contaminan la forma cómo se narran los hechos y el espectador no sabe si lo que ve forma parte de su pasado o es fruto de su imaginación. El texto es mucho más experimental que el de Buchaca pero la verdad es que vale mucho la pena.


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