GUIdance 17. Jefta van Dinther y Thiago Granato. This Is Concrete
Una de las virtudes de las artes escénicas es su capacidad para alterar la percepción del público. Y me refiero, en este caso, directamente al nivel sensorial y de conciencia. Algo similar a los estados alterados de conciencia propiciados por substancias psicoactivas exógenas.
No cabe duda que la alteración, a nivel sensorial, de lo que vemos y oímos, puede generar diversas reacciones que nunca serán indiferencia, desde una fascinación placenteramente desconcertante, hasta una inmersión en estados de conciencia fuera de cualquier lugar reconocible.
Para conseguir acercarse a esto, desde la dramaturgia, conviene transitar los límites de las convenciones de juego teatral ya experimentadas por la mayoría del público. Incluso de las reglas habituales de juego que facilitan el mismo y que no incomodan nuestros sentidos (vista, oído e intelección, principalmente). Por ejemplo, moverse entre los límites reconocibles de lo que podemos considerar danza y lo que podemos considerar gestualidad práctica (aquella desplegada en las tareas y actividades cotidianas para conseguir algún fin), o la gestualidad mítica (aquella que utilizamos para expresarnos y comunicar contenidos). La duda entre esos regímenes del movimiento corporal desactiva, también, el hecho de situarnos en una posición de recepción determinada desde la cual jugar. Esto implica, por tanto, una posición inestable que intenta sostener una perspectiva que, en la indefinición, nos impide interpretar la acción escénica (algo semejante a lo que explica Susan Sontag en «Against Interpretation»). Otro ejemplo puede ser utilizar una distribución espacial desviada, no centralizada, y en condiciones lumínicas extraordinarias que confunden las figuras y los volúmenes corpóreos e incorpóreos, generan espejismos de acción, diluyen la coreografía, nos hacen ver borroso. Nos presentan una imagen astigmática, hundida en un silencio abismal o vapuleada por decibelios de sonido que va más allá del concepto «música» que barajamos. Un sonido que nos invade y del que podemos quedar colgados.
Estos ejemplos, abstractos, en la utilización dramatúrgica de la acción son arriesgados porque no pertenecen a la armonía expresiva y facilitadora del teatro que se construye en base a reglas clásicas. Pero tampoco se trata de generar una incomodidad que disguste o aburra. Velahí el matiz y la dificultad en este terreno de la búsqueda para alterar la percepción sensorial desde la dramaturgia escénica.
Un artista que se sitúa en este ámbito es el coreógrafo y bailarín noruego JEFTA VAN DINTHER, de cual hemos podido ver, en el Festival Internacional de Danza Contemporánea de Guimarães, GUIdance, el 10 de febrero de 2017, THIS IS CONCRETE (2013), un trabajo realizado a dúo con el coreógrafo y bailarín brasileño THIAGO GRANATO.
Esta es la tercera pieza que veo de Jefta van Dinther, despúes del alucinógeno Grind (2011), en el GUIdance 2014, (puede leerse, al respecto, en esta misma sección de Artezblai, el artículo «Alterar la percepción. Guidance», publicado el 22 de febrero de 2014), y Plateau Effect con el Cullberg Ballet de Suecia, en el Teatro Municipal do Porto, Rivoli (puede leerse, al respecto, en esta misma sección de Artezblai, el artículo «Jefta van Dinther y los efectos del escenario en danza», publicado el 3 de julio de 2015).
En la descripción de sus autores, Dinther y Granato, This Is Concrete, es:
«THIS IS CONCRETE is a slow ride. Two men’s bodies intermingle with each other incessantly, blurring their boundaries. Infused in a sonic environment of dizzying beats and revolving shadows, the performers’ trip is lengthy, sedated, coital. Movements mutate into words as the two men’s voices start to speak their mouths and bodies. In the corporeal and social fusion generated between them, their drive slides into pleasure, talking into eating, fucking into dancing and symbiosis into parasitism. THIS IS CONCRETE is a collaboration between choreographers and dancers Jefta van Dinther and Thiago Granato. The performance ventures staging something intimate, incorporating the volatile as building blocks in its composition – offering to its audience to spend time with something uncertain; something uncertain and infectiously slow.»
La escena surge de una oscuridad en la que el sonido industrial se expande sin tasa. Poco a poco se vislumbran los contornos de algunos objetos cúbicos (bafles) distribuidos por el espacio, colgados algunos, por el suelo otros. También los contornos de dos personas indeterminadas que parecen querer levantar o desplazar uno de esos objetos. Nada de lo que vemos y oímos aparece definido de forma diáfana. Además de esa falta de concreción, perturba nuestra percepción la lentitud inhumana de las figuras antropomórficas que se mueven alrededor del objeto cúbico.
Jefta van Dinther, en el programa del GUIdance, señala:
«Juego con una especie de disipar o confundir los sentidos y las fronteras. Una de las palabras que estaba muy presente en Grind era sinestesia, que, en cierto modo, es como un defecto del organismo y puede ser explicado por la ciencia. No estoy muy interesado en recurrir a la ciencia para hacer mi trabajo. Pero es muy interesante la idea de sinestesia, es algo que observo en los clubes nocturnos, en mis sueños, cuando tengo sexo, cuando estoy soñando despierto, cuando estoy meditando. En cualquier estado alterado de la conciencia, aunque sea levemente, estas cosas me ocurren y, para mí, en mi trabajo, quiero traer algo desafiante en lo que atañe a la experiencia de la percepción, quizás fundamentalmente sobre la noción, o percepción, que tenemos de nosotros mismos.»
Curiosamente, en contradicción con el título This Is Concrete, esas nociones y percepciones alteradas despegan de lo material, distanciádolo, extrañádolo.
En este sentido, Thiago Granato, expone:
«Lo que genera el movimiento es lo que ocurre en la comunicación entre los dos cuerpos. Todo lo que es invisible o inmaterial, como la atracción, la repulsa, la seducción, la temperatura, el olor, la psicología, la imaginación… es eso lo que coreografía nuestros cuerpos. La pieza hace la afirmación en el título de «Esto es concreto» porque lo que acaba apareciendo como materia son esas cosas, que son volátiles e invisibles, pero eso es concreto porque está contenido en nuestros cuerpos.»
La lentitud que tensa el movimiento de relación entre ambos, por una parte crea un distanciamiento de las acciones de cogerse, abrazarse, estirar del otro atrayéndolo, empujarlo repeliéndolo… y, por otra parte privilegia la calidad y la textura por encima del acontecer. Ahí, las referencias hardcore y también las menos oscuras y más pop, adquieren un halo de poema escénico, con una cierta trascendencia.
El retorcer lento y continuo de los cuerpos, en los desplazamientos, en los tanteos y en los contactos, siempre está pendiente del otro. Las consumaciones se dan en el beso que surge como prolongación natural de ese movimiento, igual que la mano del uno penetrando en la boca del otro, en disyunción a los trallazos de la música industrial, compuesta por David Kiers.
La sudadera estirada hacia los brazos, cubriendo la cabeza de Jefta van Dinther, compone una figura des-subjetivizada, elongada, que es puro movimiento. El cuerpo como un órgano que evoluciona.
Los verdes, en el diseño de luz de Jan Fedinger, bañan las escenas de sexo, en un cruce entre lo vegetal y lo animal. Lo sensual y lo sexual semeja acercarse al músculo del gesto laboral. La ropa se estira como harapos de carne. Los cuerpos y sus extremidades se vuelven dúctiles a esa acción de estirar, de alargar. Hasta llegar a una especie de animalidad sobrenatural, de robot, cuando los cuerpos, en cuadrupedia, se sacuden como látigos, con sus columnas vibrando arriba y abajo espasmódicamente.
This Is Concrete es una pieza inmersiva que constituye una descarga sensorial, basada, fundamentalmente, en la acumulación de unas calidades de movimiento, que se enroscan en las atmósferas sonoras y en los efectos lumínicos, igual que se enroscan, por las manos, por las piernas, por los labios, los cuerpos de Jefta van Dinther y Thiago Granato.
Una descarga sensorial inmersiva basada en una acumulación en la que la danza parece ser más cualidad que coreografía.
Un viaje alucinado a parajes en los que el erostismo late como un animal entre la penumbra y la luz.
Afonso Becerra de Becerreá.