Diario de Unga Klara

Hay algo que… /La técnica Lego

El sábado, es el último día de ensayo semanal. La última hora se dedica a hacer una reflexión conjunta, (algo muy sueco, esto de las «reflexiones conjuntas») sobre el trabajo realizado.

Es muy interesante comprobar las distintas perspectivas que se tienen de las propuestas hechas por Suzanne. Esta es la primera semana de ensayos. Ya hemos comenzado a «poner en escena» el texto. Algunos de los actores jóvenes muestran cierta inseguridad ante el modo de abordar el trabajo. «Yo estoy acostumbrado a saber lo que hace mi personaje, quién es, qué quiere… Me gusta el trabajo pero a veces me siento perdido», dice un compañero. Suzanne le observa y casi puedo adivinar una sonrisa en su mirada. No es el único actor de los que provienen de la escuela que muestra su inquietud por el modo, un tanto caótico, de afrontar el trabajo. Los actores veteranos, en cambio, estamos de acuerdo en reconocer el aparente caos, pero nuestra sensación es mucho mas positiva, de disfrute, de completa libertad. Es cierto que a veces nos sentimos perdidos, pero sin duda libres… y confiados. Suzanne explica que ella misma no sabe exactamente qué es lo «que hay qué hacer». Quiere probar, jugar, dejarse llevar por lo que pasa en el espacio, lo que nos sucede a nosotros. Si fuese una directora novata yo ya tendría la mosca detrá de la oreja, pensando que tras este caos se oculta un desconocimiento absoluto o, cuando menos, una falta de preparación más que evidente. Pero este no es el caso. Son más de 35 años trabajando de modo continuado, creando espectáculos que han dejado huella en la escena sueca. Así que me digo a mí mismo lo que mi intuición me susurra. Aquí hay algo… no lo puedo describir, pero hay algo que huele a verdad.

El martes comenzamos la semana con la técnica Lego. Nos pide que elijamos de un baúl lleno de piezas sueltas unas cuentas y comencemos a jugar. Primero tratando de hacerlo como lo hacíamos con tres años, después con seis y finalmente con doce años. Es curioso como un objeto tan pequeño y aparentemente impersonal, una pieza de Lego, puede poner en movimiento nuestro cuerpo, y nuestros recuerdos. Jugamos, y el tiempo vuela. Tanto en el sentido real, veinte minutos pasan volando, como en el imaginario, ya que regresamos, con una facilidad asombrosa a nuestra niñez. Mi yo-actor, mientras juega a destruir los tanques enemigos con sucesivos bombardeos indiscriminados y perfectamente planificados, piensa, y además me pagan por esto, quién lo diría. De esta sesión Suzanne extrae material que luego pone en escena. Creando atmósferas y efectos sonoros con esas diminutas piezas que repentinamente se convierten en metafóricas lágrimas en una de las escenas que estamos comenzando a montar. Y funciona, su golpeo frío y cadencioso, muy bien. Me voy dando cuenta, poco a poco, de la enorme capacidad que tiene para crear un clima de juego en libertad, y cómo observa, casi con precisión de entomólogo, lo que sucede. Tiene 67 años, pero a veces se levanta, para la escena y prueba algo nuevo con una energía e ilusión que asombra.

El miércoles con el material que elaboramos el martes nos «presentamos» frente a un público compuesto por pedagogos y personas relacionadas, de uno u otro modo, con la educación: profesores de apoyo, consultores, personas que trabajan ayudando a padres con problemas en la educación de sus hijos… A pelo! Desnudos, sin efectos teatrales, sin apoyo exterior y con atrezzo Lego. Funciona. Nos vamos quitando poco a poco el miedo escénico.

Lo que yo no me quito es, a veces, la cara de guiri cuando escucho una ráfaga de sueco demasiado rápida y asiento a lo dicho, con cierta duda. Observo que todos me miran con atención y me doy cuenta de que tengo que hablar, rebobino la cinta unos minutos para saber de qué y empiezo. Las primeras sonrisas y la cara de Suzanne me dicen que he empezado hablando de velocidad cuando lo que tocaba era un poco de jamón ibérico. Por fortuna sólo es una vez, pero el miedo idiomático, ese que solo tengo yo, no se me quita.

La semana que viene os hablaré sobre las máscaras y los demonios.


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