Heartbreak Hotel / Àlex Rigola /Teatros del Canal
Evangelio según San Pier Paolo Pasolini
En su montaje, de dimensión íntima, concebido solo para 30 espectadores, cuyo título Heartbreak Hotel (Who is me) evoca la célebre película americana y la canción de Elvis Presley, Alex Rigola pone en escena un poema inacabado, testamentario, del escritor, poeta y cineasta italiano Pier Paolo Pasolini, asesinado atrozmente, a los 53 años, el 2 de noviembre 1975, en la playa de Ostia. Tras su asesinato encontraron, entre sus papeles, este largo poema autobiográfico Poeta de las cenizas, concebido como una entrevista con un crítico de cine americano. Este poema es, a la vez, una confesión, un credo ético y estético y el testamento de un creador indomable.
Who is me? ¿Quién soy yo? una pregunta sin respuesta o, más bien, con respuestas contradictorias, tanto en cuanto a la vida como a la obra de Pasolini que conforman un todo. «Mi mejor obra son los actos de mi propia vida» afirmó el artista.
Artista inclasificable, tanto estéticamente como políticamente y que, al mismo tiempo, fue un referente cultural y político.
Comunista inconformista, perseguido por los comunistas ortodoxos, creyente, alejado de la moral común, iconoclasta, autor de Salo o los 120 días de Sodoma (1975), su última película, nutriéndose de sus propias contradicciones, Pasolini desafío y se enfrentó a todas las ideologías e ideas establecidas.
Hay algo de cristico en este hombre libre, intrépido, intransigente, que avanza con lucidez defendiendo sus propias opiniones, hacia su trágico destino.
Pasolini, hombre rebelde, nos falta, ahora más que nunca, en estos tiempos de autocensura y consenso.
En 1968 Pasolini publicó en la revista Nuovi argumenti su Manifesto per un nuovo teatro en el que expone sus ideas, muy radicales, sobre la representación teatral.
«El nuevo teatro se define como teatro de la palabra. Venid a presenciar las representaciones del «teatro de la palabra» con la idea más de escuchar que de ver (para comprender mejor las palabras que vais a oír, y por tanto las ideas, que son los personajes reales de este teatro)».
Un teatro minimalista, en el que la puesta en escena, luces, escenografía y vestuarios, desaparecen casi totalmente.
Este es precisamente el teatro al que nos convoca Alex Rigola con Heartbreak hotel.
Encerrando a los espectadores en el pequeño espacio de una caja de madera, en aquella en la que fue encontrado Poeta de las cenizas, les adentra en la vida y la obra de Pasolini.
Los espectadores rodean este pequeño espacio por 3 lados, en el que no hay nada, solo el actor, Gonzalo Cunill, con camiseta, pantalón corto y calcetines de futbolista, parecidos a los que llevaba Pasolini cuando jugaba al futbol.
Los medios técnicos están reducidos al mínimo: una pequeña barra de luz en el suelo, desplazada, en algunos momentos, por el actor y algunas proyecciones en la pared vacía. El balón de futbol es el solo protagonista del juego y de la palabra del actor.
La palabra, soberana, se despliega en el espacio como una confesión intima, un soliloquio o dialogo con un interlocutor mudo e invisible encarnado por los espectadores.
Casi inmediatamente olvidamos al actor que se convierte en la voz y la figura de Pasolini.
Habla de su infancia, su familia, del mundo campesino, de su padre, de las contradicciones constitutivas de esta primera época de su vida.
Desgrana recuerdos de la guerra, del fascismo, al que se aproximó de adolescente, convirtiéndose después en antifascista y comunista, de sus posiciones radicales ante las ideologías, ya sean políticas o religiosas, ante el arte y la literatura convencionales y consensuales, portavoces de todos dogmatismos, «no soy literato, soy poeta» dice, defendiendo la poesía «llena de realidad inmediata».
Evoca su defensa de la lengua friulana, la de su tierra, sus enfrentamientos al sectarismo e hipocresía del partido comunista y de la Iglesia católica, las acusaciones y numerosos procesos por inmoralidad y homosexualidad, que perdió y que le arruinaron. Habla de su obra, de cine, que era para él «una experiencia filosófica», de sus películas Acatone (1961) y Teorema (1968). Dibuja en el suelo, sobre un gran papel, la estructura familiar, patriarcal, en Teorema, en la que irrumpe una figura «divina» del amor espiritual y físico, destruyendo las apariencias e imposturas familiares y sociales.
El pensamiento, las opiniones de Pasolini surgen de sus experiencias, de su vida. Su filosofía es empírica.
Algunas proyecciones, entre ellas la de Pasolini jugando al futbol, extractos de algunas de sus películas, etc se incorporan totalmente en la narración escénica.
Heartbreak hotel es, más que un espectáculo, un encuentro con Pasolini, un viaje por su vida, su pensamiento libre, rebelde, depositado en su obra. Una obra inclasificable de la que Alex Rigola y Gonzalo Cunill nos abren las puertas
Irène Sadowska
Heatbreak Hotel – Who is me. Pasolini (Poeta de las cenizas) – Idea, dramaturgia y dirección: Àlex Rigola – Dramaturgista: Carlota Subirós – P.P.P: Gonzalo Cunill – Una coproducción de Heartbreak Hotel, Titus Andrònic s.L, Festival Grec de Barcelona, Temporada Alta y Trànsit Projectes y Teatros del Canal – Del 6 de marzo al 18 de marzo y del 23 al 27 de abril 2018 en los Teatros del Canal