Rebel delirium

Hoy, mañana y siempre con el Lyric en el corazón

Esta semana el Barça ha vuelto a ganar al Bernabéu. Otra vez. Guardiola dice que no es normal ganarles en casa tantas veces. ¿Pero es que hay algo «normal» en este equipo? Los números son escalofriantes: de las últimas siete visitas al feudo madridista el Barça ha ganado en cinco ocasiones y ha empatado en dos. Ni una derrota. Lo nunca visto. Hoy quiero hablar del Lyric Hammersmith, pero no he podido reprimirme y he querido empezar saboreando todavía esta nueva gesta barcelonista. Justo antes de ponerme a escribir, he visto en el facebook del escritor y director teatral Marc Caellas, un vídeo de una intervención de José Mourinho en el balcón de la Generalitat, celebrando un título del Barça cuando el portugués era el traductor de Bobby Robson. Él decía «Barça» en vez de «Lyric». Y Caellas ponía en su post: «Gracias Mou, nosotros también te queremos».

Soy fan del Barça y también del Lyric. Cada vez que voy allí me sorprendo con algo nuevo que me encanta. Esta semana he ido a ver «Lovesong» de la dramaturga Abi Morgan. Al principio no tenía la intención de ver el espectáculo, simplemente iba con la idea de presenciar una charla que se ofrecía antes de la obra entre la autora y Simon Stephens, director artístico asociado del teatro. No conocía la autora, de hecho estaba más interesado en ver a Stephens (un tipo a quien estoy rastreando) que a Abi Morgan. Llegué tarde, y justo al momento de entrar en la sala, cuando aún no veía las gradas ni el escenario, oí un estruendo de aplausos, gritos y silbatos. Stephens acababa de presentar a la invitada y había pedido una calurosa bienvenida. Parecía haber más ambiente allí que en las frías gradas del Camp Nou.

La charla duró una hora larga y en principio no habría nada que destacar en particular, fuera de lo habitual en este tipo de encuentros: el conductor del acto interroga a la invitada sobre su relación con la escritura, sus inicios teatrales, cómo es el proceso creativo de sus obras, etc. Pero ocurrieron algunas cosas diferentes que me sorprendieron y que me animaron a quedarme a ver el espectáculo. En primer lugar, empecemos a romper tópicos. Ni en Londres llueve tanto (hace semanas que no veo una gota de agua), ni los ingleses son tan formales. Puede que sea una anécdota, pero a los diez minutos de la charla, Simon Stephens apartó la mesa que le separaba de su interlocutora y se quedaron los dos sentados en un ambiente informal. Hasta alguien del público intervino en medio de la charla. Eso de «saltarse» los protocolos es una escena que empiezo a ver repetida a menudo. En segundo lugar, me sorprendió el aforo masivo, se superaban las 100 personas, la mayoría de las cuales eran jóvenes (de los de verdad, gente de 22 y 24 años). Tercera cosa, Simon Stephens supo leer perfectamente las posibles inquietudes de la audiencia y trasladó a la invitada algunas preguntas comprometidas. Está bien que la gente se moje. Cuarta, el desparpajo de los jóvenes a la hora de hacer preguntas. Actores, gente que estaba escribiendo, todos pedían consejos, exponían dudas, pedían aclaraciones sobre lo que se había dicho, etc. Y por último, esta actividad tenía un precio de 3 libras (3,6 euros), sin duda una fórmula interesante de los teatros para incrementar sus ingresos. Durante estos días, la Sala Beckett de Barcelona está haciendo una actividad muy parecida: el periodista Eduard Molner charla de forma abierta en distintas sesiones con 10 autores catalanes contemporáneos. El precio de cada sesión es de 20 euros. Como diría Schuster, «No hasse falta que tú disses nada más».

Finalizada la charla, bajo a recepción y por suerte quedaban entradas disponibles, 12’50 libras en la platea (15 euros). Entro en el teatro y para variar, todavía más jóvenes y sobretodo adolescentes, a rebosar de grupos de escolares. La obra, titulada «Lovesong», es una historia de amor de un pareja vista desde dos momentos diferentes, cuando se conocen a los veinte años y al final de sus vidas, cuando tiene los setenta pasados. Abi Morgan trabaja mucho como guionista de series de televisión, en películas y sin duda esa huella cinematográfica se palpaba en este montaje. Interesante trabajo de concepción y puesta en escena, que por lo que vi luego en el libro, estaba ya muy pautada en el guión original. El público estaba absorto, riendo en las escenas de humor y murmurando tímidamente pero sin vergüenza en los momentos de más tensión. Delante mío había un par de profesores, y cuando esto pasaba, se miraban con un sonrisa entre de rubor y complicidad. Seguro que pensaban, esto es una buena señal, quiere decir que están enganchados a la obra. Y tanto que lo estaban.

En el Lyric se trabaja bien, como en los entrenamientos del Barça. Se apuesta por las nuevas voces británicas, se invita a la escuelas cuando el tema les interesa (es fundamental la elección de la obra), como en «Lovesong» o «Mogadisco», una historia de bullying escolar que tuvo tanto éxito la temporada pasada que volverá dentro de poco otra vez. A nivel de marketing son imaginativos, hay una noche de tiquets gratis para la gente que vive en los alrededores del teatro, los dos primeros días después de la estrena los precios son baratísimos, bonificando aquellas personas que están al loro de todo y se compran las entradas con mucha antelación. Con el permiso del experto y colaborador habitual de ARTEZ Jaume Colomer, hablaremos pronto de las estrategias de marketing que veo por aquí… Hoy, mañana y siempre con el Lyric en el corazón.


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