Hoy puede ser ese día
Tras tantos lunes, de tantas semanas, de tantos meses, de tantos años, hoy puede ser ese día en el que, por circunstancias concatenadas, esta homilía se escriba de manera automática, es decir que se juntan letras que forman palabras que encadenadas parece que se ha hecho una frase. Pero no hay otra cosa que decir que describir el vacío, la nada. Salgo de una consulta médica, llevo dos o tres días con una tos demoledora, me duele todo el cuerpo, no puedo concentrarme, y lo mejor es celebrar el día de hoy, diciendo: no tengo nada más que decir. Disculpen el gatillazo. Motivos para escribir hay, como cada semana, cientos, pero soy incapaz de encontrar la manera de hincarles el diente o la razón.
Así que feliz carnaval.
Solamente los viejos periodistas me entenderán. Cuando recupere la conexión seguiré. De momento disfruten leyendo a mis compañeros habituales.