Idoia Merodio indaga en el origen de la violencia en la obra ‘Presunto’
Se estrena en el Teatro Arriaga, con dirección de Olatz Beobide
¿Cuál es el clic? Ese clic que hace que un ser humano racional se convierta en alguien sin empatía. En alguien que se desprende, y que desprende también al otro, de eso que nos hace humanos. Las personas somos capaces de hacer cosas heroicas y cosas abominables. La pregunta es: ¿Existe una línea que nos separe? ¿Hay un nosotros y ellos? ¿O somos todas las personas capaces de deshumanizar, de cosificar al otro, hasta el punto de infringir un daño irreparable y hacer eso que pensábamos que solo otros son capaces de hacer? Este es el punto de partida de ‘Presunto’, el próximo estreno teatral que ofrece el Teatro Arriaga de Bilbao. El próximo miércoles, 30 de octubre (19:30 horas), tendrá lugar la premiere de esta obra de Idoia Merodio, que llega al escenario bajo la dirección de Olatz Beobide y que cuenta con un elenco formado por la misma Idoia Merodio, Aitor Borobia y Alfonso Díez. Una vez más el Teatro Arriaga se convierte en la rampa de lanzamiento de un nuevo proyecto teatral vasco, en este caso impulsado por la productora Talita tiene un plan, contando con la colaboración del propio Teatro Arriaga.
‘Presunto’ es una obra que se acerca a una cuestión muchas veces soterrada y no asumida como es la violencia propia. Siempre se atribuye la violencia a otros, pero ¿qué sucede cuando la violenta o el violento es uno mismo? Merodio sitúa la historia de la obra en un entorno de abogados, lo que da pie a reflexionar sobre el uso de la violencia “en defensa propia”, la legitimación (o no) de la misma cuando no se siente el amparo de la justicia… y otras cuestiones relacionadas con el tema central: la violencia propia. Algo incómodo y casi tabú que esta obra quiere acercar a escena, uniéndolo también con un deseo profundo de querer creer que podemos ir más allá y ver las cosas desde un prisma más panorámico. Comprender que aparte de la propia, hay otras sensibilidades, otros juicios y otras opiniones, y que no tiene por qué prevalecer la propia.
«¿Cuál es nuestra verdadera naturaleza? El hombre, como ser social, busca establecer límites de convivencia. Un día, ese límite se traspasa y algo le ocurre a tu hija. Es justo en ese momento, cuando uno pasa de ser espectador a protagonista de un suceso, cuando la frontera entre lo racional y lo animal se difumina. Cuando el blanco deja de ser blanco y el negro deja de ser negro y hacemos eso que pensábamos que no éramos capaces de hacer: Despertar esa violencia encerrada en los subterráneos más profundos de nuestro ser. Porque la oscuridad también habita en ti».