Il Barbiere di Siviglia/Rossini/Teatro Comunale de Bolonia
Un nuevo espìritu y sicología moderna
Il barbiere di Siviglia de Rossini, con libreto de Cesare Sterbini, basado en la comedia de Beaumarchais, se estrenó en el Teatro Argentina de Roma el 20 de febrero de 1816 y el Teatro Comunale de Bolonia celebra los doscientos años del estreno con un nuevo montaje en coproducción con la Greek National Opera de Atenas. En la redacción de la partitura, que desde el comienzo triunfó siempre en las tablas, el compositor se sirvió muchas veces de sus obras anteriores. Citamos tan sólo el coro de introducción «Piano, pianissimo» derivado del Sigismondo, la cavatina bajo el balcón de Rossina «Ecco ridente in cielo», procedente de un coro del Aureliano in Palmira, la tempestad del segundo acto ya presente entre otras en en la Pietra del paragone y en L’ocassione fa l’uomo ladro.
El director del montaje Francesco Micheli ha sabido realizar un nuevo espíritu y dar a los personajes una psicología moderna y casi irreal, así como subrayar la ironía y la sonrisa que transpira la partitura. Nos ofrece así un espectáculo muy divertido en el que cada escena podría considerarse una pieza autónoma, pero que encaja perfectamente en el mosaico que quería Rossini. Ha hecho un trabajo minucioso y, resaltando los sketches de la ópera, consigue que el público perciba la poesía abstracta del espectáculo y se divierta. Todo ello se nota desde el comienzo donde figurantes con pasos de baile revelan un espacio detrás de un ledwall de tiras luminosas horizontales espaciadas. La constante evolución cromática recorre inicialmente el arco iris del violeta al rojo para luego enriquecerse con estructuras algo más complejas y dinámicas dentro de una sobriedad general. El ledwall nos acompaña durante todo el primer acto siguiendo el ritmo de la música y el estado de ánimo de Rosina, aunque a veces la luminosidad es excesiva y deja en contraluz a los personajes del primer plano.
El escenario parece estar siempre en movimiento apareciendo y desapareciendo lunas y casitas, mientras la criada Berta, interpretada por Laura Cherici, comenta el desarrollo de los hechos con su gestualidad y la expresión de su rostro. Merece atención el dispositivo cromático led de la escenografía, que si predomina en el primer acto, en el segundo, más realista, pierde protagonismo sirviendo más frecuentemente de techo. En efecto, en el primero luces, trajes y actitudes de los protagonistas nos sumergen en un juego de marionetas bufas, mientras en el segundo todo contribuye a dibujar las actitudes de la juventud de hoy votada a la consecución inmediata de sus deseos, en especial una libertad no coartada, y subraya el conflicto generacional entre sus ansias de novedad y el inmovilismo de los adultos.
Interpreta esta ópera un joven reparto muy digno, con cantantes caracterizados de estrellas del rock que revelan buenas dotes de actor. El tenor René Barbera brilló especialmente en el aria «Cessa di piú resistere» en la que prestó gracia a su canto con la belleza de su timbre. Le acompaña la mezzo Aya Wakizono que con «Una voce poco fa» consiguió la primera ovación de la noche, aunque los mejores momentos llegaron en el segundo acto, en el que cantó con gran ligereza y ductilidad vocal. Julian Kim dibujó un Fígaro convincente, Paolo Bordogna un Bartolo que canta con el humor correspondiente a su cómico personaje, y Luca Tittolo lució su profunda voz de bajo. El joven director musical Carlo Tenan, también conocido compositor, dirigió la orquesta con entrega y profesionalidad, subrayando perfectamente los crescendo y los diminuendo y haciendo emerger el ritmo típico de la música de Rossini. El espectáculo entusiasmó al público que aplaudió y ovacionó a todo el equipo durante la función y repetidamente al final.
Una mención aparte merece el interesante proyecto de acercamiento a la lírica de la escuela primaria Romagnoli de Bolonia por medio de los tebeos, talleres y la visión de los ensayos del montaje en colaboración con Canicola, asociación cultural con actividades pedagógicas para niños y jóvenes. El mismo día del estreno el Teatro Comunale ha inaugurado una exposición de viñetas que recogen la historia del Barbiere, y ha publicado un librito donde los niños cuentan como tebeo la trama de la ópera. Esta encomiable iniciativa nace de la constante preocupación de Nicola Sani, Director artístico del Teatro, por atraer desde la infancia a los jóvenes a la lírica, erróneamente considerada una diversión para mayores.
Magda Ruggeri Marchetti
Director musical: Carlo Tenan. Director de escena: Francesco Micheli. Escenografía e Iluminación: Nicolas Bovey. Figurinista: Gianluca Falaschi. Proyecto vídeo: Panagiotis Tomaras. Director del Coro: Andrea Faidutti. Coro y orquesta del Teatro Comunale de Bolonia.