Il Casellante/Andrea Camilleri/Giuseppe Dipasquale
Retrato surrealista de una Sicilia ancestral
Esta pieza deriva del cuento homónimo de Camilleri, autor mundialmente conocido por sus series televisivas del Comisario Montalbano, y forma parte de su «ciclo mitológico», aun con una nueva estructura que funde música y actuación. Estrenada en el «Festival dei due Mondi» de Spoleto de 2016, ha obtenido inmediatamente un gran éxito.
Esta coproducción del Promo Music-Corvino, Teatro Carcano y Comune di Caltanissetta es un espectáculo muy moderno, pero permeado de modos y valores arcaicos, que nos hace penetrar en el mundo de Camilleri, hecho de personajes reales, transfigurados por su extraordinaria fantasía. Desde el comienzo nos encontramos situados en el centro mismo de su imaginaria Vigata (obvia evocación de la Licata siciliana real), en la peluquería del pueblo donde en torno al barbero, deus ex maquina, se desarrolla la historia trágica mezclada con escenas cómicas que componen una Sicilia ancestral que late bajo el barniz de la modernidad. Se trata de la peripecia de una joven pareja que se ama y desea desesperadamente un hijo, cuando un hecho violento y atroz truncará su sueño. Todo transcurre en un escenario sencillo pero eficaz, desde el telón de fondo con áspera textura de escorias que nos sitúa en el mundo del ferrocarril, al igual que la carreta a pedales de inspección de las vías, mientras la silla de barbero en primer término emblematiza el centro de la vida del pueblo. Son muchos los signos que jalonan la historia: así desde el comienzo las ramas de frutal que blande Nímica, la joven esposa, simbolizan su pulsión de fecundidad, o su violento golpear el suelo con las patas de la silla que acompaña, como campanadas de muerte, el anuncio de la pérdida del hijo.
Valeria Contadino, en el único papel femenino, es extraordinaria, intensa, anonadada por un insondable dolor, desgarrada en un grito de desesperación al borde de la locura que nos penetra y la transfigura en árbol añorante de fruto. Pero esta metamorfosis no sella su destino, pues su fuerza para renacer encuentra el cumplimiento de su frustrado deseo de maternidad en el hallazgo de un recién nacido, envuelto en pañales, entre los escombros de una casa bombardeada (estamos en la Sicilia del desembarco aliado). Moni Ovadia no desmiente su fama de gran actor, que además de constante y virtuoso narrador, ofrece una cómica aparición transformado en alcahueta-comadrona que vende milagrosos ungüentos de fertilidad, y pasa con igual desenvoltura a los papeles de casellante (guardabarrera ferroviario), barbero, jerarca fascista y juez. Mario Incudine, magnífico no solo como el Casellante protagonista de la historia, sino como autor de las bellísimas composiciones musicales que nos trasladan al corazón de Sicilia, es el hombre de teatro completo que actúa, canta y toca la guitarra y la mandolina con cabal oficio. Sergio Seminara, perfecto capomafia, arbiter de cuanto sucede en el lugar, y Gianpaolo Romania contribuyen eficazmente a recrear el ambiente y la mentalidad sicilianos. Los músicos Antonio Vasta y Antonio Pitzu presentan un cuadro cómico del fascismo en la Sicilia de los años cuarenta. Vasta es el autor de la canción La crapa avi li corna, que canta con Mario Incudine bajo la ventana de un supuesto marido burlado en una escena de gran hilaridad. Los dos atraerán sobre ellos la represión, por interpretar las marchas del régimen en clave de mazurca. Un cast de actores que con la gestualidad, la expresividad facial, y las canciones se ganan al público. El acertado vestuario y la sapiente iluminación resultan también elemento fundamental de la belleza del espectáculo.
Mención aparte merece la lengua de Camilleri hecha de neologismos, perífrasis y modismos derivados del dialecto siciliano, pero reelaborados de manera culta e inteligible, mezclados con arcaísmos y adaptados a sus imaginativos personajes. Un magnífico espectáculo repetidamente aplaudido y ovacionado por el público entusiasmado que abarrotaba la sala.
Magda Ruggeri Marchetti
Obra: Il Casellante – Autores: Andrea Camilleri, Giuseppe Dipasquale. Director y escenógrafo: Giuseppe Dipasquale. Vestuario: Elisa Savi. Iluminación: Gianni Grasso. Bolonia, Teatro Arena del Sole, 9-12 febrero 2017.