Pasan los años y olvidamos. La experiencia es un grado y el tiempo una goma de borrar. El día de hoy está hecho de lo que viene mañana, el último en llegar y huele a nuevo.
Las decisiones pasadas, las antiguas pasiones y los principios quedan lejos. Somos el fruto de nuestras elecciones directas, indirectas, erróneas y acertadas. Sabemos mucho y no sabemos nada. Bla, bla, bla…
Les cuento, y me pongo nostálgico, porqué la semana pasada conecté de manera inesperada, vertiginosa pero muy agradable, con rincones especiales y queridos de mi siempre imprecisa memoria. Asistí al preestreno de la película ‘Comediants, con el sol en la maleta’, y fue una experiencia reveladora.
La cita fue en el cine Renoir Floridablanca, en Barcelona. Estaba todo el mundo, sobretodo miembros y ex miembros de la gran familia que la compañía catalana ha ido forjando a lo largo de sus cuarenta años de historia. La entrada fue caótica y divertida. Bulliciosa. Empezamos tarde pero lo hicimos alegres, el ambiente era más que festivo.
La película recorre la historia del grupo catalán. Los directores Elisenda Dalmau y Héctor Muniente han elaborado un material imprescindible desde el primer minuto. Un recorrido emocionante por la trastienda de la compañía en el que se nos cuentan éxitos y fracasos, una aventura alucinante que va más allá del valor documental. Imágenes de archivo y otras tantas elaboradas para el proyecto forman parte de este trabajo, pero la pieza se sustenta básicamente en los testimonios de los miembros más representativos del colectivo. El paisaje humano reflejado es extraordinario.
Durante la proyección del film, en un momento en el que se mostraban unas imágenes del programa infantil ‘Terra d’escudella’, emitido en TVE-Catalunya entre el 1977 y 1980 e iniciado por Comediants, me emocioné. El vértigo del que antes les hablaba me invadió por completo y retrocedí no sé cuantos años. No tuve más remedio que rendirme a los pies de la compañía y recordar porqué me dedico a lo que me dedico, porqué me gustan a rabiar las artes escénicas y reconocer qué parte tan imprescindible de nuestra historia cultural colectiva ocupan los de Canet de Mar.
Una de las grandes compañías de nuestros tiempos ha cumplido cuarenta años. Han sido inolvidables. Muchas gracias. Aplaudiendo, de pie, os deseo muchas felicidades.
