Ismos
Los antiguos ismos, socialismo, comunismo, fascismo… tenían todos un cierto respaldo ideológico, declamado con energía por las cúpulas dirigentes y puesto en práctica al pie de la letra por sus seguidores. Los postulados eran verdaderos escritos de poesía social llenos de promesas de aquello que la gente deseaba, ideales a los cuales nunca se ha llegado, pero al menos antes se avanzaba tratando de llegar a ellos.
¿Hoy en día existen realmente ideales para dirigir los destinos de un grupo humano habitante de un territorio llamado país entre los gobernantes o los aspirantes a serlo?
¿Hay ideas fuerza capaces de sustentar los discursos floridos?
Naaaaa.
Los discursos siguen siendo tan seductores como antes, como siempre, pero los actos en pos de lograr los objetivos de campaña, una vez elegido el artista de la palabra, se diluyen en la búsqueda de culpables externos al grupo.
Que no se entienda como una publicidad; me he hecho adicto a las series con una cierta raíz histórica de Netflix, tanto las de historia pasada como de la que en el futuro se transformará en historia.
Las variables de un futuro tecnológico son expuestas con crudeza y los hechos pasados me hacen sentir que las situaciones actuales no son más que recreaciones de lo ya sucedido.
La esclavitud digital ya es una realidad con sus grilletes de teléfonos móviles encadenados al sub consciente de usuarios zombis.
La gran peste en Roma que mató a miles de ciudadanos debilitados por la hambruna producto de la ambición de un solo hombre al esconder los granos provenientes de Egipto no se parece a los grandes laboratorios vendiendo a precios de sufrimiento los medicamentos necesarios para sobrevivir a enfermedades quizás inventadas por ellos mismos.
Las traiciones de hermanos matando a hermanos no son acaso las traiciones de supuestos incondicionales contra quien los puso en un lugar de privilegio. Cuando Allende fue sitiado en el Palacio de La Moneda para el golpe de estado del año 1973, poco antes de morir preguntó por el general que el mismo había nombrado como comandante en jefe del ejército, lamentándose por el destino del pobre soldado que se transformaría a la postre en un cruel dictador.
¿Dejá vu?
Si las situaciones se repiten hasta el infinito ¿Por qué no somos capaces de aprender de ellas y seguimos siendo seducidos por cantos de sirenas?
Es bien sabido; quien no conoce de su pasado repetirá los mismos errores, quien no sabe de dónde viene, difícilmente podrá saber adónde va.
¿por qué somos tan porfiados?
La historia está escrita y se sigue escribiendo con los mismos argumentos repetidos. Cambia la forma, pero nunca ha cambiado el fondo.
Poder, poder y más poder.
Sociólogos, psicólogos, psiquiatras, chamanes, gurús, charlatanes incluso… AUXILIO, necesitamos que alguien nos abra los ojos antes de caer en la misma vieja trampa de una sonrisa complaciente, un apretón de manos y después ser apuñalados por la espalda.
Tropecé de nuevo y con la misma piedra. El único problema es que ya no me quedan más dientes por quebrarnos, y eso duele.
Claro está que el dolor físico pasa a segundo plano comparado con el dolor del espíritu engañado.